The Bling Ring ****
Si no recuerdan mal, hace unos años un grupo de adolescentes se hizo tristemente famoso por sus robos en las casas de algunos famosos de Hollywood. Eran conocidos como The Bling Ring y llegaron a allanar las casas de nombres como Orlando Bloom, Paris Hilton, Rachael Bilson, Megan Fox o Lindsey Lohan entre otros. Y esos personajes son los que toma Coppola para contar esta reconstrucción de los hechos, con mucho de documental (aunque cambiando los nombres de los protagonistas) y mucho de análisis de un grupo de personajes rotos pese a sus acomodadas vidas. Vidas vacías y sin sentido que nos hacen pensar si no estaremos en cierta medida, creando monstruos al educar a nuestros hijos. Esa es la historia de la película, y eso es lo que realmente le interesa contar a la directora y guionista.
Así nos encontramos con un grupo de jóvenes actores, en el que hay nombres populares como los de Taissa Farmiga o Emma Watson (auténtica joya de la película que roba cada escena en la que aparece con un personaje tan ambiguo como peligroso) y otros desconocidos como los no menos sensacionales Israel Broussard y Katie Chang, que son el verdadero motor de la película con su extraña relación de amor fraternal o platónico, sincero pero enfermizo. Parte real, parte las mentiras que ambos se cuentan. Y eso sin mencionar a Leslie Mann dando vida a la madre de Farmiga y Watson, un personaje con el cerebro lavado y plenamente bobo que desconoce las verdaderas actividades de sus queridas hijas…
La película se mueve entre el drama, la comedia e incluso el suspense, para dibujar un análisis de nuestros jóvenes. No marginales y de barrios pobres, sino niños bien, acomodados, que ven cubiertas todas sus necesidades y gran parte de sus caprichos. Mimados y queridos, pero que necesitan vivir aquello que no pueden conseguir. Sus robos no son por necesidad sino por admiración. Quieren ser como las estrellas a las que admiran y envidian. Un mundo peligroso en el que nos introducimos poco a poco. Y Coppola nos habla de todo ello sin cargar las tintas, sin obviedades, sin juzgar a los personajes (la realidad ya lo hizo), sin artificios, centrándose en sus pequeños secretos y mentiras, en lo que hacen cuando están a solas y nadie les ve. En lo que hacen cuando no hay adultos. Y es algo que asusta tanto como entretiene la película, porque al final, estamos creando monstruos sin alma ni conciencia. Y a todos esos niveles The Bling Ring funciona maravillosamente, mucho mejor que otras películas como Thirteen, o la ridícula Spring Breakers. Muy recomendable.
Jesús Usero.
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