Cincuenta Sombras Liberadas ★
Y se puede argumentar que la saga ha llegado a un punto de autoparodia consciente, que no aparecía en los libros (sí, los he leído) y que de cuando en cuando consigue una carcajada cómplice con el público (esa arquitecta forzadísima de Arielle Kebbel. Pero son más los momentos en los que el público se ríe cuando no debe, por incomodidad o incredulidad. O porque hay instantes que son simplemente ridículos hasta el exceso (los últimos 20 minutos). Uno podría argumentar que hay que tener en cuenta al público al que se dirige la película, pero cuando ese público te comenta a la salida de la película que es peor que la anterior y que no les ha gustado nada… Algo falla en la fórmula.