Kevin Hart no será presentador de los Oscars
El Actor y cómico Kevin Hart ha abandonado su papel como presentador de la próxima gala de los Oscars debido a unos antiguos comentarios en redes sociales.
Parece ser que muchos no aprenden. Cuando se llega a determinada posición, el pasado puede volver a pedir cuentas y, en esta ocasión, se trata de una serie de comentarios que Kevin Hart vertió en redes sociales, en Twitter específicamente, y que han salido a la luz a raíz de ser confirmado como presentador de la gala de los Oscar el próximo 24 de Febrero.
Kevin Hart será el presentador de la gala de los Oscars.
El cómico y actor ha hecho público un sueño que se convirtió en realidad, que presentará la gala de los Oscars el próximo 24 de Febrero.
Nuevo cambio en la dirección que toma la gala de los Oscars, que ahora contará con uno de los cómicos más populares del momento como presentador de la misma, lo que seguramente sea un intento para traer de vuelta a la audiencia, especialmente a la joven, a una gala que ha perdido mucha audiencia en los últimos años.
Escuela para fracasados ★★
Crítica de la película Escuela para fracasados
Aprobado muy raspado para una comedia con gracia relativa y previsible.
No aburre, tiene sus golpes de humor aislados, pero en muchas escenas se hace cuesta arriba aguantar los reiterados intentos de Kevin Hart por creerse eso que dicen de él de que es el Eddie Murphy de nuestros días. No se engañen ni le engañen: no lo es. Ni de lejos. Lo que sí ocurre es que durante toda la película uno pone la imagen de Murphy en el lugar de Hart y éste último sale perdiendo. Por goleada.
El Gurú de las Bodas ***
Pero está Florentino. Y con eso la cosa cambia. Seguramente al público americano Kevin Hart le hace mucha gracia y tiene mucho tirón. Pero entre el público español, sin ese plus que le añade el doblaje castellano localizado, con sus morcillas y muletillas propias y ese tono de voz tan particular que le ponen tanto Florentino como Dani Martínez en el papel de Josh Gad, aunque la diferencia entre ambos es palpable quizá por la experiencia, la película gana enteros y tiene momentos que son hilarantes. Y de eso se trata. Esto no pretende ser humor inteligente, ni mucho menos, sino humor gamberro, salvaje, hiriente incluso. La película no tiene ningún problema en hacer chistes racistas, de gordos, homófobos y similares. Y lo hace desde la despreocupación de saber que son los mismos miembros de esos grupos quienes hacen los chistes.
Funciona y te ríes, pero a veces preocupa que sólo ellos puedan hacer ese tipo de chistes. Y del mismo modo, cuando la película mejor funciona es cuando se le va por completo la pinza en situaciones imposibles llevadas a cabo por personajes a los que les falta un hervor. Una cena que acaba en el hospital, un secuestro muy particular, o una despedida de soltero con un perro incluido que nos lleva a sentir mucho dolor sólo de pensarlo. Esos momentos son donde la película triunfa en cualquier idioma, pero además sube puntos con los comentarios de fondo. Y eso es lo que nos lleva a reírnos sin problemas.
¿De eso se trata, no? ¿Qué más da que los personajes sean tópicos con piernas o que sepamos cómo va a acabar la película desde el minuto uno? No importa el destino en este caso, sino el camino recorrido, y el camino es efectivo y a veces lo suficientemente salvaje como para que no sintamos que hemos tirado el dinero. Es una película perfecta para verla con los amigos y unas cervezas, olvidarse de todo lo demás y pasar un gran rato. A veces es necesario y por eso a veces son necesarias películas como El Gurú de las Bodas. Sobre todo si además mejoran con este particular doblaje, que nos lleva a recordar los tiempos de El Informal.
Jesús Usero
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