Atrapados en la oscuridad ★★★★
Crítica de Atrapados en la oscuridad
Crítica de la película Atrapados en la oscuridad
Contundente viaje al laberinto del mal en una sólida pesadilla.
El título de la película alude más bien al viaje desde el mal y hacia el mal que hacen los personajes, atrapados en un bucle de violencia y abusos, que a una propuesta de terror. Quizá por eso algunos espectadores pueden verse confundidos a la hora de acercarse a este largometraje que es mucho más interesante y merece en mi opinión mejor valoración de la que está teniendo en algunos comentarios, no solo de público sino también de críticas. Pero este es el tipo de película en la que el crítico, para mal o para peor, tiene que mojarse, e incluso, cual es mi caso, ir contra la corriente de opinión general y romper una lanza por la película.
Canallas ★★★
Crítica de Canallas
Crítica de la película Canallas
Canallada de Dani Guzmán que se aleja por completo del estilo de su ópera prima “A cambio de nada.
El director y actor Dani Guzmán se vuelve a poner al frente de la dirección siete años después de su ópera prima. Esta vez cambia de registro completamente, se aleja del drama juvenil para pasarse a la comedia, que como el propio título de la película indica, es de lo más canalla. El tema principal sobre el que gira la historia, podría haberse tratado desde un punto de vista más pacífico, aunque no sería una comedia gamberra ni haría honor al nombre de la obra. Abundan las palabrotas, ya que están presentes en todo momento, y quizá muchas veces hacen que el espectador tenga que leer entre líneas para enterarse bien de lo que están diciendo los personajes.
Belle ★★★★
Crítica de Belle
Crítica de la película Belle
Mamoru Hosoda vuelve a dar en el blanco con su nueva película de animación.
Del cine de animación norteamericano reciente, que sigue en activo de una forma u otra, hay tres nombres que, desde mi modesta perspectiva, destacan a la hora de contar historias cargadas de simbolismo, fuerza y emotividad, y son el maestro Hayao Miyazaki y su estudio Ghibli (nunca retirado del todo), Makoto Shinkai, y Mamoru Hosoda. Este último suele aplicar un filtro de fantasía o ciencia ficción a sus historias que lo coloca a medio camino entre los otros dos y que sigue haciéndole uno de los directores que marcan el cine de animación reciente y seguirá haciéndolo durante mucho tiempo, como en el caso de Belle que por fin se estrena en nuestro país.
Llegaron de noche ★★★
Crítica de Llegaron de noche
Crítica de la película Llegaron de noche
Llegaron de noche.
La guerra civil que asoló El Salvador, entre 1979 y 1992, provocó estremecedores actos de violencia contra la población civil. El enfrentamiento entre las fuerzas armadas de los gobiernos militarizados y la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMNL) causó 75.000 muertos, y más de 15.000 desaparecidos. Un conflicto en el que también se perpetraron los asesinatos programados de religiosos, como el arzobispo Óscar Romero y el padre Ellacuría. Precisamente, este último crimen es el que escenifica el cineasta Imanol Uribe, en Llegaron de noche.
Bajo la técnica narrativa de los constantes flashbacks, la trama de la película recoge las vicisitudes de Lucía (Juana Acosta) y de su familia, cuando estos deben huir de San Salvador, para intentar testificar sobre el asesinato de Ellacuría y los cinco religiosos que convivían con él, tiroteados en el interior de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). La mujer presencia cómo un grupo de soldados abría fuego indiscriminado contra los jesuitas, mientras estos estaban indefensos. Unas revelaciones que contrastan con las mantenidas por los órganos gubernamentales, que señalan a los guerrilleros como los causantes de la matanza. En peligro desde que se conoce la historia de la limpiadora, el guion reproduce la odisea de Lucía y los suyos, mientras las autoridades estadounidenses parecen dispuestas a silenciar el asunto.
Adiós, señor Haffmann ★★★★
Crítica de Adiós, señor Haffmann
Crítica de la película Adiós, señor Haffmann
Brillante planteamiento escenográfico de Fred Cavayé, quien dirige una película cuya acción transcurre mayoritariamente en interiores, con tres actores como epicentro dramático.
Tres personas obligadas a convivir bajo una situación extrema y salvaje. Un matrimonio en profunda crisis sentimental y un hombre atemorizado por las amenazas provenientes del exterior; esos son los elementos humanos que conforman la angustiosa película de Fred Cavayé, que se basa en la no menos impactante obra teatral de Jean-Philippe Daguerre.
La trama transcurre durante la Segunda Guerra Mundial, dentro de la traumática ocupación de Francia, por parte de las fuerzas nazis. En la ciudad de la luz trabaja un reputado joyero judío, llamado Joseph Haffmann (Daniel Auteuil). Este hombre percibe el temor que inspiran los invasores de la esvástica, por lo que arregla los papeles para que su esposa y sus hijos huyan a la zona libre del país. Sin embargo, él se queda atrás, para concretar cómo salvar su tienda del expolio teutón. Tras pensarlo detenidamente, el joyero pide la ayuda de su empleado, un tipo callado y aquejado de cojera que responde a la identidad de François Mercier (Giles Lellouche). El trato consiste en que Mercier se hará cargo del negocio, con cambio de la escritura y del letrero de la entrada, hasta que finalice la contienda bélica. Una vez hilado todo el asunto burocrático, Haffmann acude a la ansiada cita con la persona destinada a sacarle de París; pero las cosas han virado de manera negativa para los que huyen, y el joyero debe regresar a la tienda, para ser ocultado por Mercier y su esposa. La relación entre los tres empieza a mostrar el lado más oscuro de François, quien llega a proponer a su amada Blanche (Sara Girardeau) que convenza a su jefe para que engendre el hijo que él es incapaz de generar. Poco a poco, el supuesto refugio se transforma en una cárcel insoportable para Joseph Haffmann, quien descubre la sordidez del individuo al que ha llegado a confiar su preciado negocio, e incluso su vida.