El punto de partida, con el abuelo que se marcha a vivir con su hija (Uma Thurman) y, como consecuencia, su nieto (Oakes Fegley) pierde su habitación y entra en guerra con él, invita a pensar en un humor que explore las diferencias entre una y otra generación. Sin embargo, el desarrollo de la película, plagado de gags que beben del slapstick más burdo, se limita a concatenar situaciones cómicas que se sienten desconectadas de la historia, repetitivas y sin gracia. No es solo que las bromas se pasen de la raya e inexplicablemente al abuelo nunca le pase nada, o que nadie en esa casa se entere de la guerra abierta entre ambos, es que en muchas ocasiones da vergüenza ajena contemplar a actores de ese calibre metidos en esas situaciones y ver sus reacciones, como ocurre en los repetitivos gags de Uma Thurman con el policía o de De Niro desnudo frente a su yerno.
Una comedia se debe de nutrir de arquetipos para provocar la carcajada, pero cuando esos personajes son tan planos y se estereotipan hasta el ridículo, dejan de hacer gracia y de importar al espectador. Los tópicos de la madre preocupada por los ligues de su hija, el padre estúpido o el abusón sin cerebro son llevados a una exageración histriónica, como si se tratara de la visión que tiene un niño pequeño del mundo de los adultos. La culpa es de un guion anodino y perezoso que desaprovecha al reparto, pues cuando a De Niro le dan un matiz de su personaje al que poder agarrarse, convierte un par de instantes dramáticos, con la soledad y el sentimiento de fracaso como temas centrales, en lo más interesante de la película.
Para los más pequeños de la casa puede que resulte divertida por las continuas caídas y golpes que trufan el relato o por su intrépido protagonista y la química que tiene con De Niro; y el público adulto seguramente los acabe acompañando por un reparto que promete más de lo que la película llega a ofrecer. Porque sin esos nombres y en otra época, En guerra con mi abuelo habría pasado desapercibida como un estreno directo a video, en la línea de Solo en casa 3 y sus secuelas, o un telefilm de un canal infantil.
Alejandro Gómez
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