Una joven que vive en Toronto se enfrenta a sus problemas cotidianos con 13 años, estudiar, compartir vida con sus amigas, crecer, disfrutar de su grupo musical favorito… y convivir con su madre, una mujer a la que adora pero excesivamente estricta y con demasiado carácter. Su herencia asiática parece ser lo único que importa y ella necesita ser libre. Pronto descubrirá que con la adolescencia llega un nuevo problema, enfrentarse a un cambio radical que sufre cada vez que se altera su ánimo. Entonces se convierte en un panda rojo gigante. Lo que parece una maldición y un grave problema, pronto demostrará tener un lado bueno, liberador. Aunque los problemas siguen estando presentes para ella y para toda su familia.
El punto principal de la historia es ese paso a la adolescencia, camino de la madurez, pero la película no se entiende sin la relación entre madre e hija. Es maravilloso ver cómo pese a las aparentes barreras culturales que pueda haber entre una comunidad asiática y el resto del mundo, la película hable en valores universales. En términos que cualquiera puede entender y con los que todos podemos sentirnos identificados. Esa relación madre/hija lo es todo para la película y le da carácter. Red es todo carácter, todo corazón, un nervio a la intemperie que si se roza se activa y produce cambios. Eso también se ve en su relación con sus amigas, o incluso con un padre que parece un personaje cómico, simplemente, pero en realidad es mucho más… La película sabe dar peso y poso a todos.
Por supuesto además de todo ello tenemos una apuesta por una forma de narrar distinta. Basada en el anime, o inspirada por el mismo, algo que se nota en las reacciones de los personajes, en sus ojos, en sus gestos exagerados, en cómo se mueven y cómo funcionan… El aspecto cómico de todo ello llega a un final sorprendente donde la cultura japonesa toma fuerza (es curioso esa influencia del anime y Japón en una película con raíces chinas, de donde es su directora). Es espectacular por momentos y sorprende. Pero al final le falta esa capacidad contundente de trascender como lo hizo Soul, de ser algo más, como UP. Es una muy buena película pero no llega al nivel de otras obras maestras de la compañía. Aunque sigue siendo muy buena.
Jesús Usero
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