Crítica de la película 10 días sin mamá
Simpática a ratos, pero previsible y no tan divertida como sería.
Nos quejamos muchas veces de las comedias españolas, por su carácter realmente localista, con chistes en los que acusamos a nuestros guionistas de un aroma rancio y de hacer bromas con cosas pasadas de tiempo, y muchas veces incluso pasamos a hablar del carácter homófobo, xenófobo o machista de nuestros productos (que no niego que a veces está ahí) y no sé si hemos visto el resto de productos del panorama europeo o americano en lo que a comedias se refiere, sobre todo el italiano, que muchas veces nos sorprenden para bien, pero que en este caso nos traen una película que bien podría ser del siglo pasado… con un aroma a cerrado, a pasado de tiempo, porque su aparente feminismo esconde una capa de paternalismo que asusta…
La historia es previsible, con una familia donde el marido, que trabajaba en otra región lo que le hacía viajar durante la semana, por fin vuelve a la oficina central, pero no parece muy interesado en pasar más tiempo con la familia, y sí en cargar todas las tareas del hogar en su esposa, abnegada madre que dejó su trabajo como abogada para cuidar a la familia. La pareja tiene tres hijos, una muy pequeña, un crío que es un terrorista en potencia, y una adolescente. Cuando el marido se enfrenta a un rival en la empresa, la madre, cansada de ser lo que es, decide tomarse unas vacaciones de 10 días en Cuba junto a su hermana. El caos se cierne entonces sobre la familia.
El problema de la película, uno de ellos, reside en que la propia historia es, por un lado, terriblemente previsible. Sabemos lo que va a suceder en cada momento, en cada paso del camino, sin sorpresas y sin momentos que nos hagan realmente pensar en que alguna novedad o en algo mínimamente interesante en la historia. Y además, el hecho de que pongan al personaje femenino como si sólo las mujeres pudieran ser amas de casa es tremendamente paternalista y, pese a la intención, deja un tufillo machista. Porque lo realmente interesante (y el personaje que apetece conocer) es la historia de la madre de vacaciones, no al marido que es un poco memo, y a los tres hijos, bastante insoportables…
El reparto cumple, la verdad, y por momentos es efectiva en sus chistes, con un humor muchas veces sencillo y que se apoya mucho en el slapstick, más que en diálogos ingeniosos. Pero a veces se convierte en excesiva (el momento del cuarto de baño) y a veces no tiene demasiada gracia. Se le va la mano con la historia de la joven canguro (cuando lo divertido es la inicial, la señora mayor) lo que además lleva a otro par de tópicos con la hija mayor. Tampoco aprovecha al compañero repelente o al jefe, que son dos filones sin explotar. Por eso no deja de ser un producto simpático, pero finalmente fallido. Una lástima, porque podía haber sido mucho más.
Jesús Usero
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