Interesante drama romĆ”ntico e histórico sobre los Ćŗltimos dĆas de MarĆa Antonieta. La pelĆcula nos llega como coproducción entre EspaƱa y Francia (aunque la mano espaƱola se nota menos), y viene dirigida y escrita por un director quizĆ” poco conocido en nuestro paĆs, como es Benoit Jacquot, pero con una larga y dilatada trayectoria profesional, en la que ha brindado algunas excelentes interpretaciones y personajes a sus protagonistas femeninas a lo largo de los aƱos. QuizĆ” aquĆ la fuerza de la historia original y el peso de los personajes, con la reina al frente, hacen que no llegue a saber enfocar del todo la historia y se le disipe la supuesta pasión y el romance, que nunca llegamos a sentir con los personajes.
La historia se centra en los Ćŗltimos dĆas de la reina antes de la revolución francesa y de su muerte, con la relación de amistad y algo mĆ”s que tiene con Gabrielle de Polignac, todo ello visto desde los ojos de una de las lectoras de la reina, una joven que empieza a sentir por ella lo mismo que la reina siente por Gabrielle, creando una relación a tres bandas de romances no cumplidos, de traiciones y de pasión en el marco incomparable del Versalles previo a la Revolución francesa. Todo ello rodado con una elegancia y una belleza propias de una producción gala, aunque ademĆ”s con un gusto por la iluminación natural que te atrapa visualmente por lo desconcertante que resulta enfrentado a lo que vemos normalmente en una pelĆcula de este estilo.
No he leĆdo la novela de Chantal Thomas, asĆ que no puedo opinar de su fidelidad dentro de la pelĆcula o de lo que vemos o no llegamos a ver en ella. Pero la verdad es que Adiós a la Reina sorprende por la frialdad general del relato. No sĆ© si es el punto de vista de la protagonista real, la lectora, que aparece en cada secuencia, no sĆ© si es que nadie es capaz de capturar la esencia de la reina con autĆ©ntica emoción (recordemos el fiasco de Sofia Coppola hace aƱos, con Kirsten Dunst de protagonista), el caso es que algo no termina de encajar y hace que la pelĆcula sea⦠frĆa. Distante. Carente de pasión. Como si a nadie le importasen realmente los personajes. Al menos a los espectadores. Las turbulentas relaciones (y ademĆ”s entre mujeres), dejan de serlo para ser indiferentes.
Es una lĆ”stima porque con una buena vuelta al guión y con los medios que se gasta la pelĆcula (rodada en el propio Versalles, que no es barato), podrĆa haber quedado una obra redonda, incluso transgresora, pasional, Ćŗnica. Y queda algo desapasionada, pese al trabajo increĆble de sus tres actrices principales, Diane Kruger y Virginie Ledoyen por un lado (no las voy a descubrir yo ahora) y Lea Seydoux por otro, una joven que poco a poco empieza a labrarse una carrera muy potente a ambos lados del AtlĆ”ntico. Ella es nuestra narradora y la lectora de la reina Kruger. Y sólo por ellas merece la pena ir a ver esta interesante pelĆcula.
JesĆŗs Usero.