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martes, marzo 18, 2025
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Agosto ***

Agosto ***Ácido pero imperfecto retrato de la familia americana. John Wells nos trae una película compleja, amarga y nada complaciente con sus personajes o con la historia que cuenta. Y quizá sea el director perfecto para llevar a la gran pantalla la obra teatral de Tracy Letts. Wells es un genio de la televisión, responsable de series como Shameless o Turno de Guardia, quien supo mantener en alto el pabellón de El Ala Oeste tras la marcha de Aaron Sorkin y el verdadero responsable del éxito de Urgencias, de la que fue showrunner porque Michael Crichton y Steven Spielberg sólo ponían nombre y poco más. Incluso en cine tiene una película tan apreciable como The Company Men. Por eso le exigía y le exijo más cada vez que un trabajo suyo surge. Y eso pasa con Agosto. Es buena, pero podía serlo mucho más.

La desaparición del patriarca de una familia de Oklahoma reúne a todos sus miembros alrededor de una madre con cáncer y unas hijas que apenas se toleran. Y pese a la tragedia, todo el rencor y la miseria acumulada durante años, empieza a salir a la luz. Un drama que analiza los males de las familias occidentales, no sólo americanas (el individualismo, la falta de moral, las rencillas, el egoísmo, la falta de solidaridad, la pérdida de identidad como unidad familiar… no son pocos los problemas) y los pone sobre la mesa con, sobre todo, un reparto muy bueno que se apoya en la gran matriarca, interpretada con su habitual talento por Meryl Streep, y que tiene entre sus miembros a Julia Roberts, Sam Shepard, Chris Cooper, Benedict Cumberbatch, Ewan McGregor, Abigail Breslin, Margo Martindale, Juliette Lewis y Julianne Nicholson, con el visitante Dermot Mulroney metido en el lío. Y aunque todo el mundo hable de Streep y Roberts como candidatas a premios y protagonistas de la película, son los pequeños papeles de enormes miembros del reparto como Cooper, Martindale o Cumberbatch los que dan realmente vida a la película.

Una película nada complaciente, dura, amarga, con notas de comedia que muchas veces te congelan la sonrisa en el rostro porque hasta duelen. Con un tremendo drama entre padres e hijos (cómo se tratan unos y otros dan un nuevo significado a eso de amor duro… hay momentos brutales), hurgando continuamente en la herida y sin mucho lugar a las reconciliaciones o incluso a la esperanza más allá de la sensación de que, de ciertas familias, es mejor huir. Cuanto más lejos mejor. Pero falla a la hora de presentarlo porque su origen, una obra de teatro, se nota demasiado y encorseta la acción en la casa. Por no hablar de varias caídas de ritmo preocupantes que hacen divagar al espectador. Bien de contenido, genial de actores, perfectamente narrada… pero no perfectamente escrita. El final, demasiado abierto con muchas historias (se nota la tijera de los Weinstein demasiado) inconclusas, dejará a muchos insatisfechos. Hay finales abiertos… y películas que parecen estar sin acabar, como ésta. Tiene mérito lo que propone y su tono, pero menos su resultado. Y con lo bien que Wells retrata a la familia americana en Shameless, esperábamos un poco más.

Jesús Usero

©accioncine

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