Crítica de Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore
Crítica de la película Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore
Levemente mejor que la anterior entrega, pero sin el brillo de hace años.
Y ni siquiera hablo de la saga original, en la que cualquier entrega es mejor que lo que nos encontramos en esta, una película que lo deja todo en manos de los efectos visuales, de la espectacularidad y de un reparto que es más que correcto, pero que tiene un guión endeble, sin fuerza, con muchas lagunas y que abandona parte de las ideas planteadas en las películas anteriores, de forma algo chapucera además, para intentar abrazar los elementos que mejor funcionaron en la película anterior, sin tener en cuenta la lógica. No sólo la interna de la saga, sino la general que uno se plantea siempre que ve una película…
Las aventuras de Newt Scamander y su grupo de compañeros continúan a medida que la lucha contra Grindelwald se complica, con Dumbledore exigiendo más del grupo y la posibilidad de una guerra con los muggle si el villano alcance un nuevo nivel de poder, político, está cada vez más cerca. Por el camino habrá traiciones, pérdidas, reencuentros y nuevos compañeros de camino, pero cabe destacar a nivel de historia que lo sucedido con el personaje de Tina, interpretado por Katherine Waterston, es de juzgado de guardia como poco, sobre todo teniendo en cuenta que la actriz era coprotagonista de la historia en las dos películas anteriores y que su papel y su química con Eddie Redmayne eran de lo mejor de la historia que nos estaban contado.
Pese a ese lamentable error, el reparto está muy bien. Incluso el personaje de Dan Fogler, el muggle que acompaña a los magos en la aventura, es menos insoportable y produce más empatía que en las películas anteriores. También hay más espacio para Jude Law, y se descubre mucho más de su relación con Grindelwald, hasta el punto de que la película parece dejar como protagonista a Dumbledore y olvidarse un poco de que Newt es el líder de la historia. Mads Mikkelsen es una buena noticia para la saga, pero no suficiente, y los cambios en personajes como Alison Sudol o Ezra Miller en la anterior película demuestran ser… poco profundos realmente. Pero no es culpa del reparto, es culpa del guión.
Hay material visual y hay momentos brillantes a ese nivel. La cena de gala, los combates de Dumbledore, la visita a la tenebrosa cárcel, la lucha mágica por las calles de ese pueblo oriental… mezclando elementos de cine de terror con otros que casi acercan la película al western, y dejando poco espacio para que el espectador se aburra. Pero con enormes agujeros de guión para que la trama realmente encaje. Además de que el caos en la propia historia es cada vez más acentuado y cuesta saber qué está pasando en cada momento, la historia hace aguas por falta de lógica en sus personajes y en lo que cuenta. Y eso es lo que hace que la película, al final, sea algo superior a la anterior, entretenida, visualmente cuidada y hasta espectacular. Pero intranscendente.
Jesús Usero
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