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domingo, abril 28, 2024
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Ant-Man y la avispa ★★★★ por MJP

Ant-Man y la avispa ★★★★ por MJPMejor que la primera entrega, más sólida como historia y sacando partido a Evangeline Lilly.

Sigue siendo una de las propuestas que podríamos llamar “menores” dentro de la oferta que hace el universo cinematográfico de superhéroes Marvel, pero es más entretenida que la primera, más sólida como argumento que la primera, y tiene además mejores antagonistas, más sólidos en sus motivaciones y más interesantes en su desarrollo.

En mi opinión la película sale ganando por puntos a su predecesora. La primera era un buen entretenimiento y resultó una agradable sorpresa sobre todo por el buen uso de la contribución de Michael Douglas. Ésta segunda mantiene y administra bien a Douglas, le da entrada a Michelle Pfeiffer y le da más cancha a Evangeline Lilly y su papel como la Avispa. Ella es buena actriz, más carismática ante las cámaras que el repetitivo, previsible y algo cansino Paul Rudd. Lilly consigue no obstante hacer bien su trabajo y de paso ponerle algo de salsa y química al trabajo con su compañero de reparto. Se nota cómo en las secuencias en que ella lleva la voz cantante la película mejora, y en todas las que implican a Rudd en solitario o conduciendo la acción, la película cae en la trampa del más de lo mismo. Y es que, como ya ocurriera en la primera entrega, la propuesta de humor familiar y superhéroes que hizo Ant-Man y repite en algunos momentos Ant-Man y la Avispa está lastrada precisamente por la exigencia de ser familiar. De manera que veo a Rudd tan atrapado como a Lang en su casa, y casi sospecho que los propios guionistas son conscientes de ello. Rudd no puede tirar por el camino más gamberro de Deadpool y Deadpool 2, con las que tiene mucho en común. La diferencia es que Ryan Reynolds puede ir hasta el extremo pasando olímpicamente de calificaciones para todos los públicos, mientras que Rudd está coartado por esa etiqueta de calificación por edades. Por otro lado en lo referido a ejercer como personaje de superhéroe humorista, le ha batido la propuesta del nuevo y rejuvenecido Spiderman. Al menos ese peligro de caer en lo más moñas de la comedieta romántica con valores familiares que se asomaba un poco en la película anterior por el personaje y el conflicto con la “ex”, tan “made in Disney”, tan Cariño, he encogido a los niños, ha sido en mi opinión eficazmente exorcizado y reprimido en esta segunda película para dejar más espacio a lo que en casi todo su metraje es acción constante, con una carrera contra el tiempo en acciones paralelas que apenas deja lugar para que haya otra cosa en la película que una sucesión de eficaces y trepidantes viñetas en movimiento. Dichas viñetas –estamos nuevamente ante otra muestra de cinetebeo-, se nutren además en positivo frente a su antecedente de la ventaja de tener a los personajes principales ya presentados y poder jugar con ellos más libremente en un argumento más sólido y compacto. Ya no es una película “de orígenes” puesto que la Avispa fue prácticamente presentada en el largometraje anterior, y se permite el lujo de profundizar algo más en la claves definitorias del universo de los personajes, el universo cuántico, la primera Avispa desaparecida, una misión de rescate interrumpida, un nuevo antagonista más resolutivo, rescatando en breve y solo como pincelada para dar color y continuidad a los tres friquis que ejercen como asociados de Scott Lang, y manteniendo a un nivel más limitado y menos emocionalmente obvio la interactuación de Lang con su hija. Están ahí esos personajes, para garantizar cierto toque de continuidad, pero sin acomodarse a su presencia y dejar que se conviertan en lastres de lo que se supone que el público va a buscar en este largometraje: una bien calibrada mezcla de evasión y acción con más fantasía que ciencia ficción y la tradicional peripecia de superhéroes salvando el día. Pienso que aquí hay más acción del tipo Hombre-Hormiga y la Avispa, sin hacer de la misma algo que no debe ser. No debe ser un pretexto para contar de tapadillo una subtrama de familia rota, redención del padre ausente e irresponsable ante su hija (por cierto para eso les recomiendo que vean mejor la serie Happy de Netflix, creada por Grant Morrison y Brian Taylor), y sí debe ser lo que es: acción, persecución y peleas en las que funciona muy bien la nueva Avispa como figura femenina del cine de superhéroes Marvel.

Por lo demás, la construcción argumental es tan trasparente y pegada a la fórmula como siempre: por supuesto volvemos a encontrarnos con el recurrente tema de “pecados del padre” que es una constante en las producciones Disney, ya sea como pretexto para un dibujo animado o como pretexto para pasearnos por galaxias en guerra o como recurso para darle trasfondo al conflicto de los superhéroes. Los padres siempre están ahí para cagarla. Es algo que empieza a preocuparme seriamente como mensaje, porque además de sesgado y falso, es un tópico tan simplón como el mensaje de “persigue tus sueños”.

En lo negativo, el final feliz playero me tocaría las narices más de no ser porque lo equilibra y reescribe la primera secuencia post-créditos.

Eso sí, por lo que se refiere a la segunda secuencia post-créditos, esa que llega después de un millón de años de letritas en pantalla, blanco sobre negro, es una tomadura de pelo de la peor especie.

Más a favor el buen trabajo de rejuvenecimiento de los personajes de Pfeiffer y Douglas. Otros deberían tomar nota cuando se metan a barberos de bigotes rebeldes en rostro kryptoniano. Y no digo más que luego todo se sabe.

Miguel Juan Payán

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©accioncine


VENGADORES: LA GUERRA DEL INFINITO XXXXX

Miguel Juan Payán
Profesor de Historia del cine, Géneros cinematográficos y Literatura dramática

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