Crítica de la película Black Mirror: Bandersnatch
Una de las sorpresas del año, una nueva forma de contar una historia en televisión.
Un sistema de narración que conocemos de la literatura y de los videojuegos, pero que nunca se había trasladado con éxito a la narrativa cinematográfica o televisiva. El proceso a la inversa lo conocemos y lo hemos visto en muchas ocasiones, cada vez más. Los videojuegos han sido capaces de incorporar de forma brillante la narrativa cinematográfica a sus historias, habiendo auténticas películas interactivas en este formato ya desde las aventuras gráficas de PC con títulos como Phantasmagoria II o The 7th Guest, hasta los más actuales como Detroit Become Human. No son los únicos. God of War, Spider-man o Red Dead Redemption se empapan de cine en referencias y narrativa para contar sus historias…
Pero Bandersnatch hace lo contrario, el camino a la inversa. Toma el sistema de juego de aquellos libros muy populares en los 80 y 90, la serie Elige tu Propia Aventura, que permitían al lector ir saltando de página a página, eligiendo el destino del protagonista y llevarlo a triunfar o a fracasar en su misión. De hecho Bandersnatch, ambientada en 1984 en el mundo de los videojuegos como no podía ser de otro modo, homenaje a este género literario con la que parece ser la obra cumbre del mismo, el libro Bandersnatch en el que está ambientando el juego en el que el protagonista, interpretado por Fionn Whitehead, está trabajando. Y a partir de esos datos sencillos, ya comenzamos a decidir nosotros lo que va a suceder.
La idea es brillante y funciona a la perfección. De la mano de David Slade y el creador de la serie, Charlie Booker, nos convertimos en protagonistas de la película, no con un videojuego, sino con una forma narrativa en cine que creíamos imposible (hubo hace años una cadena de cines que intentaba algo similar… pero nunca funcionó). Nosotros guiamos al personaje y elegimos lo que va a hacer en determinados momentos. Con la curiosidad de que lo menos aparentemente importante puede ser capital en su destino, o que las decisiones lógicas no siempre son las correctas en la vida. La historia, sin importar el final, sabe movernos entre este sistema tan único y sabe crear un nuevo estilo.
No sin problemas, claro. Hay tópicos en la historia y hay una sensación de que no importa cuántas veces veamos la película, el final será el mismo o parecido. Como si el destino estuviese prefijado, pero no el camino. Y a veces el camino es lo más importante, es cierto… Pero queda en el espectador una sensación… extraña. Porque esa es otra de las claves brillantes de este experimento… El metalenguaje. Un libro transformado en videojuego que en nuestro mundo real es una película interactiva. El protagonista es nuestra marioneta, pero pronto nosotros nos damos cuenta de que somos marionetas de los responsables del episodio así que… ¿quién controla a quién? ¿Quién es el Pac-Man realmente? Una excelente reflexión sobre el libre albedrío, sobre los límites de la libertad y sobre nosotros mismos, de la mano de Black Mirror, experta en estas cosas. Eso sí, que la serie vuelva a sorprendernos va a ser complicado, sin duda.
Jesús Usero
COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK
★