Crítica de la película Como Entrenar a tu Dragón 3
La historia de Hipo y Desdentao llega a una maravillosa conclusión
No me canso de repetir que Como entrenar a tu dragón es la mejor trilogía de cine de animación o cine familiar de la última década, y una de las más grandes que puedo recordar, posiblemente a la altura de sagas como Toy Story. Y si no llega a ese nivel le falta muy, muy poquito. Enormemente superior a todo lo estrenado por Dreamworks o a todas las sagas que han poblado los cines con mayor o menor éxito de taquilla, ya sea Mi villano favorito, Ice Age, Kung Fu Panda, Madagascar… A todas las vence por un motivo sencillo… Cómo entrenar a tu dragón tiene alma. Y unos guiones de una madurez brillante que nos hablan de crecer, de madurar, de aceptar responsabilidades, del amor (no del romántico o no únicamente), pero, sobre todo, de la derrota y la pérdida…
El director de la película y su productor a su paso por Madrid y en todos los medios del mundo, lo han dejado claro. Este es el final de la saga, la despedida, al menos de estos personajes. El cierre de ciclo final y completo, sin vuelta atrás, sin posibilidad de extender la estancia un poco más. Hasta aquí han llegado las aventuras de Hipo, Desdentao, Astrid, Estoico, Patapez y tantos personajes que ya son parte de la cultura popular (otra cosa nada sencilla, pero Desdentao es tan especial y carismático que ahí se ha colado). Porque, como ellos decían, el libro en el que se basa esta historia comenzaba diciendo, por boca de Hipo, que cuando él era niño, había dragones… y vaya si lo han cumplido.
Tras un arrollador éxito en 2010 con la primera película, la secuela de 2014 pese a su brillantez, dejó algunas dudas en taquilla, así que han esperado cinco años para traernos la mejor película posible que cerrase la historia. Y lo han conseguido. Emotiva, visualmente brillante, con garra y épica, como siempre ha sido la saga. Pero llevando la historia un paso más allá hasta hacer llorar a cualquiera, fan de la saga o no, que se haya encariñado con los personajes. Pero sobre todo a muchos que hace 9 años empezaron este viaje siendo niño y lo terminan ahora siendo adultos. Como Hipo. Un viaje sensacional que no ha perdido ni un ápice de fuerza…
Dean DeBlois regresa como director, dando coherencia narrativa a la trilogía, pero también lo hace Roger Deakins, como consultor visual. El mítico director de fotografía de Blade Runner 2049, se convierte también en motivo para ver la película y observar la preciosista evolución entre las tres. Pero sobre todo, esta es la película para decir adiós a Isla Mema. Más allá de la maravillosa aventura (la incursión inicial, el asalto a la casa del jefe y los nuevos dragones del villano, el hogar de los dragones…), del arrollador humor (Hipo guiando a Desdentao mientras éste liga…), del carisma de los personajes, se trata de una película, de una saga completa, que habla de la pérdida, de lo que supone perder y levantarse, siempre levantarse. Perder es parte de la vida. Perder ayuda a crecer. Y por supuesto aquí son coherentes con ese mensaje, así que preparaos para el final del viaje. Para una aventura única, que si no tiene cinco estrellas es por su villano, demasiado similar al de la anterior película en todo… Pero es para darle cuatro estrellas y media. Es para soñar, para reírse y disfrutar en familia. Y para emocionarse. Maravillosa.
Jesús Usero
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