Crítica de la película Contratiempo
Interesante thriller español, entretenido y muy bien rodado. Aunque no perfecto, ni necesita serlo. Oriol Paulo, su director y guionista, ya demostró de sobra que sabía crear cine de suspense bien construido en torno a un muy buen reparto y una excelente puesta en escena con El Cuerpo, una película que aunque distinta en cierta medida a Contratiempo, posee un elemento en común, la intención de jugar al gato y el ratón con el espectador, proponerle un juego, un puzle que recomponer y con el que mantenerle interesado durante el tiempo de la proyección, ofreciéndole pistas pero de esas que no sabes de cuál puedes fiarte y de cuál no, para llegar a un final sorprendente que haga la experiencia entretenida para el público. Satisfactoria. Y Contratiempo lo consigue.
Un próspero hombre de negocios, joven adelantado, con familia y un futuro brillante, se ve envuelto en un oscuro caso, en el que es acusado de la muerte de su amante. Una abogada experta en estos casos, tratará de obtener toda la verdad del sujeto para intentar salvarle de la cárcel. Pero, ¿todo lo que cuenta es la verdad o hay distintas verdades dependiendo del punto de vista? Todo ello desde el momento en que un pequeño contratiempo cambia los planes de todos los personajes. A partir de esa premisa construye Paulo la película en torno a sus personajes centrales de verdad, encerrados en un cuarto, intentando que la verdad salga o no a la luz. El resto son recuerdos, historias, medias verdades…
Sin duda la clave del relato está en el ritmo, que si te atrapa te hace estar demasiado pendiente de lo que puede suceder a continuación, de resolver el misterio, que de los detalles más obvios que son los que te dan la solución del mismo. De hecho hay uno que si el espectador lo entiende o ve de primeras, se rompe toda la magia de la película, pero si no lo hace, disfrutará el doble. Es un riesgo del director, que decide correr y que, creo, le sale bien. Aquello de poner algo a la vista de todos para que nadie lo vea… Y dejarse llevar por los actores, por un Mario Casas en un papel distinto, un José Coronado tan sólido como siempre, una Ana Wagener sorprendente y una Bárbara Lennie perfecta para el papel.
Ellos son los que sostienen la película en los momentos en los que puede caerse. Por ejemplo con algunos diálogos realmente preocupantes que pueden incluso hacer reír al espectador. O con alguna parte de la trama tan enrevesada que resulta imposible. Pero ellos y la habilidad del director lo sacan adelante, jugando continuamente con el espectador. Y si a usted no le gusta que jueguen con lo que está viendo, que intenten engañarle o traten de sorprenderle al final, no es su película. Pero si disfruta con este tipo de juegos, seguramente disfrutará la experiencia, se le pasará volando el tiempo y saldrá con una sonrisa en la cara de la sala. No, no es perfecta, pero cumple con su cometido.
Jesus Usero
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