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miércoles, abril 24, 2024
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Crisis en el cine. Las claves

Crisis en el cine. Las claves


Corren malos tiempos para las taquillas españolas, y el anuncio de la próxima liquidación de la empresa Ábaco/CineBox sólo confirma lo que todos nos temíamos, las salas de cine están muriendo poco a poco por diversos factores que muchos se niegan a ver y que seguro no gusta oír a casi nadie. Pero es algo que vivo día a día y de lo que puedo dar fe desde dentro. Son muchas cosas, muchos factores, muchos problemas los que han llevado a esta situación, una situación que ya se ha llevado por delante, por ejemplo, a Alta Films y la mayoría de sus cines en toda España, que ha cerrado salas por todo nuestro país y que ahora se cobra una nueva víctima.

Una víctima de la que se ha hablado desde que se ha hecho pública la noticia, demasiado a mi entender. Demasiado sin saber. El cierre y liquidación de Ábaco lleva a que sus cines sean traspasados a centros comerciales u otras empresas, como puedan ser Cinesa o Yelmo. Hay artículos donde se puede leer que nadie quiere hacerse con los cines de la compañía, algo que saben de buena tinta. Bueno, de mejor tinta les digo que es mentira. Que ya hay algún cine vendido. Y esperemos que sean más por el bien de los empleados y de las salas de cine que la compañía aún tiene abiertas y que planea tener abiertas al menos hasta que se resuelva la liquidación.

Crisis en el cine. Las claves


Corren malos tiempos para las taquillas españolas, y el anuncio de la próxima liquidación de la empresa Ábaco/CineBox sólo confirma lo que todos nos temíamos, las salas de cine están muriendo poco a poco por diversos factores que muchos se niegan a ver y que seguro no gusta oír a casi nadie. Pero es algo que vivo día a día y de lo que puedo dar fe desde dentro. Son muchas cosas, muchos factores, muchos problemas los que han llevado a esta situación, una situación que ya se ha llevado por delante, por ejemplo, a Alta Films y la mayoría de sus cines en toda España, que ha cerrado salas por todo nuestro país y que ahora se cobra una nueva víctima.

Una víctima de la que se ha hablado desde que se ha hecho pública la noticia, demasiado a mi entender. Demasiado sin saber. El cierre y liquidación de Ábaco lleva a que sus cines sean traspasados a centros comerciales u otras empresas, como puedan ser Cinesa o Yelmo. Hay artículos donde se puede leer que nadie quiere hacerse con los cines de la compañía, algo que saben de buena tinta. Bueno, de mejor tinta les digo que es mentira. Que ya hay algún cine vendido. Y esperemos que sean más por el bien de los empleados y de las salas de cine que la compañía aún tiene abiertas y que planea tener abiertas al menos hasta que se resuelva la liquidación.

Competir en los tiempos que corren es complicado, por no decir casi imposible en un mercado como el del cine. La competencia es brutal y los multicines se han propagado por toda la geografía española haciendo a veces que haya más salas que posibles beneficios por el número de habitantes de la zona. Hay muchos cines y era lógico que algunos fuesen a cerrar sus puertas, como ha podido ser el reciente caso de Pontevedra. Aunque en esa ciudad la situación es particular y complicada, pues se queda sin cine al que puedan acudir sus habitantes. Tocará viajar si quieren ver una película y al final ya no sólo se trata de que salga rentable o sea posible ir al cine, sino que ¿merece la pena?

Tampoco podemos obviar el tema de la crisis que está machacando nuestro país y asfixiando a la gente económica, social, mental y emocionalmente. Con el volumen de paro que hay en nuestro país, lo complicado es encontrar gente que pueda pagarse una entrada de cine. O que tenga el ánimo para acudir al cine siempre y cuando sea posible hacerlo y pueda permitírselo. Uno casi piensa más en ahorrar por si siguen cayendo chuzos de punta, que tiene pinta de que van a seguir, que en ir al cine aunque sea para desconectar de los problemas durante un par de horas. La crisis ha marcado un descenso en el consumo interno muy considerable, y cuando se trata de cultura, nos encontramos cuesta abajo y sin frenos. El elevado precio de las entradas no ayuda, pero las exhibidoras han intentado fidelizar al público promoviendo bonos, días con entradas hasta a 4€, precios reducidos para parados y jubilados toda la semana… Son medidas que han intentado paliar la sangría de público con mayor o menor éxito.

A esos precios no les ha ayudado la brutal subida del IVA en las entradas de cine, que se ha elevado al 21%, haciendo que las entradas hayan pasado a costar en la mayoría de los casos casi un euro más de lo que costaban antes, algo unido a la subida de precios habitual de cada año, haciendo el sistema un poco más insostenible cada vez. A eso hay que sumar el plus de las películas en 3D, que han terminado por desencantar a parte del público. Una bajada de precios podría ayudar a devolver a la gente al cine, pero, como comentaba antes, muchas de las iniciativas de fidelización y para captar espectadores no han terminado de arraigar o funcionar tampoco, lo cual quiere decir que ni con precios más bajos se han vuelto a llenar las salas como lo hacían hace apenas unos años.

Lo que nos lleva a un último punto, complejo y complicado donde los haya, que ha destrozado el mercado del cine en nuestro país y que está haciendo mucho daño en medio mundo. La piratería. El elefante en la habitación del que nadie quiere hablar porque parece que el delito es mencionarlo. Mucha gente hace hincapié en que si el cine fuese más barato no descargaría películas. Pero deberíamos asumir la verdad. No es así. Si fuese por eso, con entradas a 4 euros, las salas se llenarían y no sucede. Tenemos cine gratis en casa, ¿por qué vamos a pagar aunque sea precio reducido? ¿O aunque la calidad de la película sea lamentable? Ver algo como El Hombre de Acero en el ordenador con una calidad de imagen que da grima no debería pasar, y pasa, la gente no acudirá a las salas como antes, porque pueden ver la película en su salón, aunque no se enteren de la mitad debido a la pésima imagen, el horrible sonido o unos subtítulos que dan grima. Mientras la piratería campe a sus anchas, levantar la cabeza para los cines y para el cine en España será complicado. Y sé que me gano más de un enemigo afirmando esto. Pero es la verdad. Deberíamos asumirla. Aunque no nos guste pensar que a muchos no les importa gastarse 20, 30 o 40 euros en copas en una noche, pero sí 9 en una entrada de cine. Y alguien ha mencionado el mercado de la HD, la alta definición. No nos llevemos a engaños porque las ventas en DVD y Blu Ray han caído en picado, las empresas de películas en streaming no terminan de arrancar en España y quien habla de HD suele referirse, sin nombrarlo, a descargar películas en HD. Más de lo mismo.

Evidentemente sólo es un repaso por encima de la situación actual, pero esperemos que sirva para reflexionar y causar debate, que siempre es bueno. Se despide otra empresa, se cierran más cines, en este caso conociéndolo todo desde dentro. A este paso vamos a tener que irnos a Francia para ver una película en una sala de cine. Que es como deberían verse en principio muchas, si no todas.

Jesús Usero.

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