Crítica Canina película dirigida por Marielle Heller y protagonizada por Amy Adams, Scoot McNairy, Arleigh Snowden
Un alegato sobre la brutalidad de la maternida
De qué va Canina
Una mujer que acaba de ser madre se enfrenta a los retos que conlleva la maternidad, cómo cambia su vida, los sacrificios que ha tenido que hacer y los sueños frustrados por verse obligada a convertirse en una ama de casa. Todo esto le llevan a experimentar una extraña metamorfosis cada noche donde se convierte en una perra.
Crítica de Canina
Aunque una propuesta tan extraña y bizarra como Canina podía haberse aventurado con un final mucho más arriesgado y radical que el que propone, aunque eso no le quite que sea un buen final, equilibrando las ideas que se presentan en la película; lo cierto es que la película de Marielle Heller se convierte en un ensayo muy interesante y necesario que deconstruye el concepto de la maternidad.
Canina es una comedia negra que se mueve en una especie de realismo mágico que da forma a la idea que encierra toda la película. La sociedad siempre nos presenta la maternidad como algo precioso, sobre todo cuando el bebé acaba de nacer. “Nunca volverán a ser así de pequeños”, escuchamos muchas veces —una frase que también está aquí en la cinta, dicha por la propia protagonista—. Sin embargo, rara vez nos ponemos a analizar la otra cara de la moneda: Lo duro que puede llegar a ser convertirse en madre.
La libertad animal, romper con las reglas sociales
Canina no hace un aterrizaje perfecto en todos los frentes hacía los que despega, pero su idea es lo bastante poderosa e importante como para calar hondo una vez que acabas la película. Porque pocas veces miramos hasta qué punto una madre renuncia a su vida, a los sueños que pudiera tener, para dedicarse en cuerpo y alma a esa criatura que acaba de nacer.
Porque claro que la maternidad es bonita; claro que tener un bebé es bonito, el mejor momento de la vida de una madre posiblemente… Pero tener un bebé también implica una gran responsabilidad, una responsabilidad que hemos asumido desde siempre que su mayor peso debe recaer en la progenitora femenina, renunciando a todo para convertirse en un ama de casa. Canina pone sobre la mesa esa problemática que todo el mundo hemos pasado por alto, que hemos asumido que tiene que ser así cuando no. Que la conciliación va en ambas direcciones. La película no es precisamente sútil al hacer estas críticas.
La introducción del mundo animal, del mundo canino, a la ecuación como un símbolo de libertad sin control está bastante bien traído. Convierte a Canina en una propuesta muy, pero que muy bizarra, pero hace contundente su mensaje.
Canina es una visión de la maternidad necesaria de tocar. La belleza de ser madre también encierra sacrificios
Canina está lejos de ser una obra redonda, pero sus elementos son lo bastante contundentes e interesantes, de esos que abren los ojos, como para que merezca ser vista. Una dirección bastante buena por parte Heller y con una Amy Adams que, simplemente, está increíble en la cinta en este ensayo sobre todas las emociones que encierra el convertirse en madre.
Elena Campos
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