Crítica Capitán América Brave New World película dirigida por Julius Onah con Anthony Mackie, Harrison Ford, Liv Tyler, Giancarlo Esposito
Cumplidora nueva entrega de Capitán América que no brilla, pero tampoco aburre.
De qué va Capitán América: Brave New World
Habiendo aceptado finalmente el escudo del Capitán América, Sam Wilson se encuentra con un nuevo presidente, ni más ni menos que Thaddeus “Trueno” Ross, con quien tanto chocase en el pasado. Sam comienza a colaborar con el gobierno cuando un incidente internacional pone de manifiesto que hay un poder en la sombra que busca cambiar las reglas del juego, y que puede estar relacionado con el pasado de Ross.
Un personaje que merecía un mejor regreso
Tras la marcha de Chris Evans del universo Marvel y con la sustitución de Steve Rogers como Capitán América, manto que tomó Sam Wilson, tuvimos la descafeinada serie Falcon y el Soldado de Invierno, que nos lleva a los eventos que ahora vemos en Brave New World. La película intenta hacer de nuevo válido en cines al Capitán América con Anthony Mackie como protagonista, y la verdad es que, tanto actor como personaje, ambos merecían algo más. No es un fracaso absoluto y está muy alejada de películas como The Marvels o series como Invasión Secreta. Pero le falta todavía algo.
Quizá sean los reshoots de los que tanto se ha hablado y que han supuesto un caos para la producción. O quizá sea un guión que quiere repetir la fórmula de Capitán América: El soldado de invierno, basándose en los thrillers políticos de los años setenta, pero no le llega. La historia no está cohesionada, los personajes secundarios en su mayoría están poco desarrollados y esos cambios motivados por los reshoots se notan demasiado (hay cortes de pelo que cambian de una escena a la siguiente). El resultado es muy entretenido, pero no alcanza, ni de lejos, lo visto en El Soldado de Invierno.
Es cierto que Anthony Mackie demuestra que sabe y puede echarse a las espaldas la película y hacerlo con soltura y mucho aplomo. El actor sabe que el papel tiene un peso importante en el Universo Marvel y se aleja un poco de su carácter chistoso habitual. No es que lo pierda por completo, sino que lo modera y aprovecha los momentos de tensión dramática que le aporta el guión.
A su lado Harrison Ford hace que todo brille un poco más, y seguramente sin él la película no alcanzaría ni la mitad de lo que alcanza, como lo hace Carl Lumbly también. Menos suerte tienen los personajes de Giancarlo Esposito o Danny Ramírez, que no tienen la profundidad o presencia que deberían.
Grandes secuencias de acción y un villano que no interesa
Las escenas de acción, pese al titubeante arranque, no sólo cumplen, sino que por momentos, destacan. Hay momentos realmente espectaculares como la batalla aérea, o intensos como la lucha en el búnker… quizá la batalla final debería ser más vibrante, pero el caso es que todas cumplen y entretienen. Si hay un motivo para ver la película son esas escenas y el ritmo que imponen a la película. Se disfrutan de inicio a fin.
La situación es la siguiente, cuando la película termine, acordarnos de ella, va a ser realmente complicado. No nos aburre, pero nunca emociona. No es un desastre, pero se aleja de los productos brillantes a los que Marvel nos tenía acostumbrados. Es una mejoría respecto a proyectos recientes, pero no es suficiente y queda mucho por mejorar. ¿Me ha entretenido? Sí, pero nada más. Y cuando tienes de referente películas como El Soldado de Invierno, o personajes tan potentes como el Capitán América, el resultado tenía que haber sido mejor… Cumplidora, sin más.
Jesús Usero
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