Crítica Civil War película dirigida por Alex Garland con Kirsten Dunst, Wagner Moura
Impresionante relato bélico en torno al periodismo y un futuro distópico.
De qué va Civil War
Estados Unidos está en plena guerra civil en un futuro muy cercano. Un conflicto que ha destrozado el país y que se encuentra próximo a su aparente final, cuando un grupo de reporteros se embarca en un viaje por carretera cruzando medio país para llegar a Washington D.C. en busca de una exclusiva.
Crítica Civil War
Alex Garland es uno de los cineastas y guionistas más relevantes dentro del género fantástico y de ciencia ficción en sus muy diversas variantes. Aunque La Playa, basada en su novela, no convenció, desde que escribió el guión de 28 días después, ha sabido construir su carrera en torno al género y a sus múltiples facetas, desde Sushine o Nunca me abandones a Dredd o el videojuego Devil May Cry. Pero ese camino se elevaría aún más con su salto detrás de las cámaras a partir de Ex Machina, seguida de Aniquilación, Men o la serie Devs. Civil War es otra muestra más de su versatilidad y su inteligencia para usar la ciencia ficción para hablar de nuestra sociedad.
En este caso un conflicto armado en el que pone en tela de juicio las divisiones dentro de nuestra sociedad actual a través de los ojos del periodismo, lo que hace que también juzgue a aquellos que no son parte de la historia, sino que la observan. Todo ello sin subirse a ningún púlpito a soltar discursos, con una película brillante, humana, violenta y con algunas de las mejores secuencias bélicas que hemos visto en años. Es, además, el proyecto más caro hasta la fecha de la productora A24, y eso se traslada a la pantalla.
Tan real que podría suceder cualquier día
Estados Unidos está en plena guerra civil. Distintas facciones y estados se han separado del Washington D.C. y se enfrentan a un presidente que sigue clamando que la victoria de su bando está cercana. El conflicto inicial, que ha destruido el país en gran parte, se encamina a sus momentos decisivos, cuando un grupo de periodistas y fotógrafos deciden recorrer medio país para llegar a la capital y conseguir una gran exclusiva. Su viaje les llevará a una aventura única en la que su neutralidad a la hora de contar una historia, será puesta a prueba.
Son cuatro personajes centrales, aunque la película hace especial hincapié en la relación de Kirsten Dunst, una brillante fotógrafa que está de vuelta de todo, y Cailee Spaeny, una joven que intenta seguir los pasos de la mujer a la que admira, pero que no sabe realmente a lo que se enfrenta.
Ambas están maravillosas en sus papeles y la relación que se establece entre ambas, entre maestra y discípula, es lo que mueve realmente la historia en la que nosotros, como espectadores, nos identificamos con la joven recién llegada que no sabe realmente lo que le espera. Wagner Moura está brillante en su papel de periodista que lo ha visto todo, pero a quien vamos a recordar mucho tiempo es a Stephen McKinley Henderson, en una interpretación que aprovecha el enorme talento del actor.
Civil War nos lleva al centro del conflicto como pocas veces se ha visto
Garland compone una historia muy humana en la que las líneas entre lo que es periodismo y humanidad se difuminan. ¿Cómo mantenerse al margen de un conflicto así cuando ves lo que está sucediendo? ¿Hasta qué punto nos afecta la guerra? ¿Podemos llegar a deshumanizarnos? Intenta responder a esas preguntas, que plantea sin miedo, desde un prisma sobrio y muy cercano, haciéndonos partícipes del viaje. Somos uno más en ese coche que recorre el país. Todo desde ese futuro distópico que, por desgracia, parece cada día más cercano. Porque lo terrible es que todo lo que cuenta la película podría suceder pasado mañana…
Además lo hace con una contundencia visual enorme. Sabe encontrar belleza en lo que no debería encontrarse, sabe narrar con elegancia y sabe llevarnos de la mano por la historia, por sus momentos más trepidantes y por los más pausados. Y cuando entra en acción (no es una película bélica per se, pero las escenas de acción están ahí y el final es soberbio en ese sentido) lo hace de tal forma que sentimos cada bala, cada explosión (el atentado inicial nos introduce de lleno en lo que ha sucedido y nos deja boquiabiertos.
Y es solo un aperitivo). Es quizá pronto para hablar de una de las películas del año, pero sin duda es una película que tardaremos en olvidar y que no nos dejará indiferentes. Una maravilla.
Te gustará si te gustó…
Una versión futurista de Salvador, con un presidente que parece salir de una película de John Carpenter y un viaje por carretera que recuerda a Hijos de los hombres.
Jesús Usero
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