Crítica de la serie de televisión Dark
Mucho más que una serie de viajes en el tiempo.
Definir Dark como una serie de viajes en el tiempo es algo simplista, ya que sin duda se queda corto. Si decimos que es la «madre» de todas las películas de viajeros en el tiempo, ahí nos acercamos más a la realidad.
Si sois de los que veis las series en maratón o de relleno, ya os digo que ni os molestáis en verla. Esta serie es para verla concentrad@s y sin pestañear demasiado no vaya a ser que entre pestañeo y pestañeo os perdáis un detalle clave de la serie. En serio, no exagero. Hay 2 formas de ver Dark; la rápida y fácil o la lenta y la difícil. Yo soy de las segundas, despacito con buena letra. Si elegís la primera, en internet debe haber cientos de sitios para ver el complicado entramado árbol genealógico de esta serie, aunque precisamente lo que la hace más atractiva es ir descubriendo los personajes poco a poco y, si algo no cuadra, con volver hacia atrás tranquilamente se soluciona. Dicho ésto, que cada cual elija su camino, pero eso si, merece mucho la pena verla y saborearla .
Dark transcurre en Winden, un “ apenas” lluvioso y pequeño pueblecito de Alemania donde habitan unas familias con niños sin ninguna aparente peculiaridad, salvo por los viajeros en el tiempo que siempre ocurrirán en el mismo Winden. El punto fuerte de Dark, a parte del guion, es el gran trabajo de casting que hay detrás para mostrarnos a casi todo el reparto en diferentes épocas de su vida. Veremos Winden a lo largo del tiempo; sus luces y sombras, su evolución y la de las familias que lo habitan. La ambientación es otra de sus fortalezas, música ochentera, casettes y peinados de los ochenta frente a uniformes alemanes. Máquinas del tiempo, física cuántica, mitología griega, y un libro que pasa de mano en mano forman parte de este magnífico guion.
El uso de la pantalla partida supone un alivio, un respiro para el telespectador. Ahí se esconde una pista, un lunar o un rasguño en esos primeros planos puede ser crucial para no perderte en el laberinto de Dark. En ocasiones, el final de algunos episodios nos sirve de recordatorio. La música tan macabra también es un acierto y eso sí, no perdáis de vista las fotos de los primeros capítulos.
Dark nos dice adiós tras tres temporadas de cuarenta y cinco minutos por episodio, con un desenlace lógico pero inesperado. Al final de la primera parte (10 episodios), descubriremos por fin quien es el hombre misterioso y nos deja la suficiente intriga y ganas de más para adentrarnos en una muy buena segunda parte con nuevos dilemas, compuesta al igual que la tercera por ocho episodios. La última temporada es la más oscura, la más enrevesada si cabe, una vuelta más de tuerca en el guion y eso sí, no dejéis de verla hasta el final si vuestra intención es saber el origen de todo.
Dark es la primera serie original alemana para Netflix. Los creadores son el matrimonio formado por Baran bo Odar y Baran Jantje Friese, que dicho sea, actualmente se encuentran trabajando en “1899”, otra serie para Netflix con un formato parecido a Dark, que probablemente vea la luz en 2021. Ojalá sea la mitad de buena que Dark!.
Hay multitud de curiosidades y guiños a otras películas, que dejo para el ojo avizor y destaco los dejà vu, tanto para nosotros como telespectadores como para los propios actores. Es decir, secuencias que se repiten idénticas en diferentes temporadas por el mismo u otro personaje. Si! esta serie tiene mucha, mucha miga.
«Lo que sabemos es una gota de agua, lo que ignoramos es el océano». Doppler
Disfrutad amig@s
Susana Román
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