Crítica de la película Enola Holmes
Una simpática e interesante vuelta de tuerca a los personajes clásicos.
La presentación en formato película del personaje se salda con una mirada fresca y limpia a un par de personajes clásicos, especialmente el de Sherlock Holmes, merced a una hermana pequeña de la que no habíamos oído hablar hasta ahora. Bueno, por supuesto en su colección de libros es más que conocida, pero para muchos ésta será la primera vez que se crucen con Enola Holmes, interpretada por Millie Bobby Brown. Una actriz que, además, es productora aquí de la película, para tener mayor control creativo sobre el personaje. El resultado es divertido, novedoso en muchos sentidos, y perfecto para pasar una tarde recuperando el universo de Sherlock Holmes y el Londres victoriano. Porque, sí, Enola es la protagonista. Pero es consciente de que, en realidad, todo gira en torno a Sherlock.
La historia es una presentación del origen del personaje y su aprendizaje a las órdenes de su madre, mientras sus hermanos la abandonan para vivir sus vidas en Londres, uno como uno de los miembros más influyentes del gobierno, otro como el detective al que todos conocemos y admiramos. La desaparición de la madre hará que una aventura inusual de comienzo, en la que Enola deberá descubrir quién es realmente. Una aventura desmitificadora en gran medida, divertida y con mucho encanto, que ni pretende que olvidemos a Sherlock como algunos dicen, ni nada similar. Como tantos otros pastiches (y los hay por miles, seguro que mucho peores) Enola Holmes quiere aportar, ser ingeniosa y entretener. Y lo consigue.
El mérito, en gran medida, está en la protagonista. Millie Bobby Brown es un portento de la naturaleza y según crece, su talento se hace más evidente. Los momentos de ruptura de la cuarta pared, sus medidas exageraciones o cuando tiene un cara a cara con algún personaje importante… La actriz es sensacional y su escolta personal no es precisamente olvidable. Sam Claflin es un magnífico Mycroft, odioso y algo alejado de lo que pensábamos del personaje. Lo que es bueno. Aporta vida. Henry Cavill es un sorprendente Sherlock, alejado de la imagen que teníamos y de Watson, divertido y más humano. Momentos como su salida de la comisaría o sus encuentros con Enola son maravillosos.
No todo es magnífico en el reparto, pese a nombres como Fiona Shaw o Frances de la Tour. Louis Partridge no está a la altura de la protagonista y cuando su personaje aparece, con el tono romántico, la película pierde interés. El personaje de Helena Bonham Carter es… desconcertante por no decir otra cosa. No encaja nunca y es un mecanismo narrativo más que un personaje. La película tiene músculo visual y no tarda en mostrarlo, pese a que el guión sea algo obvio y a que sea sólo el principio de algo más. Pero no es sutil, ni mucho menos. Y tiene esa deriva adolescente/romántica tan innecesaria como cansina que lastra lo que es una película muy divertida, con ritmo y con momentos maravillosos. Bienvenida, Enola Holmes.
Jesús Usero
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