Getting your Trinity Audio player ready...
|
Crítica Kinds of Kindness película dirigida por Yorgos Lanthimos con Emma Stone, Jesse Plemons, Willem Dafoe, Margaret Qualley
La antología al amor tóxico y los valores contaminados de la sociedad por parte Yorgos Lanthimos es toda una fiesta de su analítica sociopatía
Hay quién encuentra la respuesta a estos aciagos tiempos en los batiburrillos neoclásicos horteras y en entregarse a una ¿valiente? traición a sí mismo y a todo lo que ha sido. Otros como el director de Langosta (2015), en cambio, prefieren revolverse ante la adversidad con los tics que le caracterizan y, como en aquella, en recuperar un discurso coherente sobre el amor que nos acerca mucho mas a despejar el animalesco carnaval social que a sublimar la farsa imperante.
Lanthimos comenzó como un reflejo de la sociopatía de Haneke en la que el griego diseccionaba con aséptica cirugía los pliegues de una sociedad abocada al fracaso en cuanto se pinchasen los puntos adecuados. Por eso su cine, dejando levemente a un lado La Favorita (2018), se basa en fábulas y cuentos que añadan a la realidad ese elemento mitológico, distópico o directamente barroco necesario para poner el dedo en la yaga.
Su cine se fundamenta en ideas concretas sobre las que hacer florecer un compendio de retorcida tortura sobre sus personajes, y eso es precisamente Kinds of kindness, una antología de relatos demasiado minúsculos para justificar el largometraje, pero los suficientemente consonantes como para dibujar un tema y funcionar como un todo.
Yorgos Lanthimos disecciona la sociedad con humor y estilo kubrickiano en su última obra, entre cirujanos estelares y satíricas verdades
La sociedad moderna encuentra en valores como el trabajo, el matrimonio o la religión los objetivos merecedores de un amor ciego entre cuyo despiste se resbalan las cosas que de verdad importan, y eso es lo que mas le duele a un director que vuelve a recuperar aquí la inmisericordia pasada junto a aseadas y kubrickianas formas (no solo en la magnífica composición visual, fijaos en el uso del sonido) necesarias para intervenir; pero en formato fiesta, pues como marcan los antecedentes, Yorgos Lanthimos solamente podía entender un decálogo sobre nuestras miserias desde una comedia afilada como los colmillos familiares de Canino (2009) y con el ánimo de que las tres historietas representen cada uno de dichos valores sin que la carga temática convierta en turra lo que siempre debería introducirse bajo la piel y la carcajada. Para ello ha vuelto a recurrir a un equipo de cirujanos despendolados formado por fetiches como Emma Stone, Margaret Qualley o Willem Dafoe, a los que se incorpora un fantástico Jesse Plemmons adelgazando por minutos, que asistan al cirujano principal hasta donde la operación lo requiera. Otra cosa es como quede el paciente una vez suturado.
Sexo, violencia e ironía desatados en el último filme de Lanthimos: Una despiadada sátira sin esperanzas de Oscar
En sus casi 3 horas de metraje, capaces de atragantar a cualquiera que no entre de lleno en la propuesta, se contiene todo el sexo lúdico, violencia insana, ironía, fluidos y toxicidad humana que una película de estudio pueda soportar sin implosionar. En cada irreverente relato, sus estrellas asumen máscaras nuevas que evidencien lo que hay debajo de la que llevamos todos nosotros, y se enfangan en sufrir las consecuencias de ser una marioneta vacua en manos de los poderosos, meros perros desechables en los malentendidos del amor o rídiculos súcubos sexuales en busca de la salvación. Cada moraleja nueva complementa la anterior hasta formar un hilarante gran fresco que festejaran todos los que prefieren que Lanthimos no se guarde absolutamente nada y sufrirán más quienes consideren las cintas de los Oscars su reconciliación con él. Aquí no habrá atisbo de premio por ningún lado debido a los desapegado de la propuesta, aunque si que deja una segunda lectura feminista enlazable con esas Pobres Criaturas (2023) en torno a la capacidad de la mujer para salir mal parada haga lo que haga y cuan necesario sería una Bella en nuestros días.
La humanidad hace tiempo que sacrificó a su propio ciervo sagrado, por lo que pagamos (y seguiremos pagando) el precio totémico en todas y cada una de nuestras decisiones, así que, al menos, riámonos sin vergüenza de ello y que sean los muñequitos del serial de Yorgos Lanthimos los que lo pongan en evidencia (y lo sufran) con su trágico destino.
Miguel Ángel Espelosín
Crítica Kinds of Kindness
Copyright 2024 AccionCine. Se permite el uso del contenido editorial del artículo siempre y cuando se haga referencia a su fuente, además de contener el siguiente enlace: www.accioncine.es
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp o Telegram para recibir las noticias en tu móvil o únete al grupo AccionCine de Telegram para conversar de cine y hacer amigos.
Todavía no hay contenido que mostrar aquí.
Crítica Kinds of Kindness