El congreso. Muy buena. ยฟQuiรฉn engaรฑรณ a Roger Rabbitt? siniestra y cruzada con A Scanner Darkly y Miyazaki. ย
Hay varias pelรญculas en El congreso pero todas ellas forman una sola pelรญcula. Es una de las muchas cosas sugerentes que contiene esta recomendable pelรญcula de ciencia ficciรณn que adapta la novela de Stanislaw Lem El congreso de Futurologรญa, pero que cinematogrรกficamente sigue las huellas de las fantasรญas paranoides de Phillip K. Dick recordando A Scanner Darkly y posteriormente evoluciona, con el paso al mundo de los dibujos animados como una versiรณn siniestra e inquietantemente psicodรฉlica de las claves de ยฟQuiรฉn engaรฑรณ a Roger Rabbitt? y culmina su paseo por la animaciรณn con una especie de homenaje a la poรฉtica visual de las fรกbulas dramรกticas de Hayao Miyazaki. No son estos los รบnicos referentes de la pelรญcula, porque estรก repleta de guiรฑos y homenajes varios, no sรณlo al cine, sino tambiรฉn a otras artes, como el propio cรณmic,ย con algรบn que otro personaje de Robert Crumb que de repente se convierte en una caricatura de John Wayne o Marilyn Monroe, o la pintura, con algo de espรญritu daliniano en algunas de sus secuencias animadas, con Picasso paseรกndose entre sus criaturas animadas junto a un Frank Sinatra digno de las caricaturas de famosos de los dibujos animados de la Warner, Michael Jackson, Elizabeth Taylor como Cleopatra (o mรกs bien Cleopatra como Elizabeth Taylor, para demostrar que la pรฉrdida de identidad puede alcanzar tambiรฉn a las figuras histรณricas). ย Podrรญa aventurarse que, en plena coherencia con su tema central, la pelรญcula encuentras en ese festival de guiรฑos una forma de satirizar la percepciรณn de la fama que tiene el propio espectador y la mitomanรญa, dos de los asuntos que aborda en su argumento. El festival de homenajes alcanza tambiรฉn al gรฉnero de ciencia ficciรณn, pero con pinceladas mรกs finas y guiรฑos mรกs sutiles, como la secuencia de Robin ante el dirigible, que recuerda otra igual en Blade Runner, la secueencia de la Robin cabalgando la bomba que homenajea Telรฉfono rojo, ยฟvolamos hacia Moscรบ? de Stanley Kubrick, los cascos de los policรญas que recuerdan a los de los antidisturbios de Soylent Green (Cuando el destino nos alcance), poco antes de que argumentalmente el guiรณn nos lleve hasta el territorio mรกs escabroso y siniestro de esa misma pelรญcula abordando la nueva forma en que los espectadores podrรกn โconsumirโ a Robinโฆ
Pero todo eso es sรณlo la epidermis de esta interesante propuesta que puede traducirse como una actualizaciรณn de la historia de la caverna de Platรณn.ย Arranca con un primer plano absolutamente demoledor de Robin Wright llorando mientras Harvey Keitel impone un tono casi autobiogrรกfico al relato con una voz en off, introduciendo el fรกustico pacto con ese diablo tan bien interpretado como sรกtira del productor hollywoodiense tรญpico por Danny Huston. En sus primeros cuarenta minutos de metraje en imagen real, la pelรญcula consigue atraparnos con una inquietante fรกbula sobre la pรฉrdida de la humanidad donde el escaneado de actores por ordenador estรก abordado como una especie de violaciรณn del individuo y el reto y la amenaza de las nuevas tecnologรญas se perfila como la gran amenaza. Robin y sus hijos viven en un poรฉtico territorio fronterizo entre el pasado y el futuro, viviendo en un hangar y volando cometas junto a un aeropuerto, como si se resistieran a ser engullidos por el progreso. Esa imagen nostรกlgica que alcanza cualidad poรฉtica marca todo el progreso posterior de la trama, que al final acaba convirtiรฉndose en una pesadillesca fรกbula sobre la pรฉrdida de la identidad y el reencuentro de la misma en nuestra propia naturaleza humana y nuestra capacidad para responder a los afectos. El desenlace es toda una consigna sobre cรณmo combatir el problema.
Lo malo es que tiene una parte final algo espesa a la que se le atraganta la reflexiรณn filosรณfica hasta rozar la pedanterรญa mientras entra en fase de homenaje a Miyazaki con ese vuelo de los enamorados y se le va un poco la pinza. El ligero y folclรณrico paseo por la mitologรญa griega, por ejemplo, se lo podรญa haber ahorrado, y su sensualidad en ese fragmento resulta algo falsa. Da la sensaciรณn de que a esas alturas hay cierto regodeo del director y el guiรณn, empiezan a gustarse demasiado a sรญ mismos y se apartan de los temas centrales del viaje que nos han propuesto.
A pesar de todo, es una buena propuesta de ciencia ficciรณn, algo densa, a la que le sobran algunos minutos de metraje, pero queย en su conjunto es una grata sorpresa y consigue instalar en la cartelera una interesante reflexiรณn sobre nuestro mundo y cรณmo estamos progresando hacia el futuro. Los lectores de ciencia ficciรณn la disfrutarรกn sin duda mucho mรกs que el resto.
Miguel Juan Payรกn
Miguel Juan Payan
COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK