Crítica de la película El día de mañana
Una de las mejores películas de Emmerich
Antes de entrar a criticar esta película quiero dejar claro una cosa para poder medir justamente esta cinta: el cine de catástrofes no tiene ninguna obra maestra hasta la fecha, tiene películas mejores que otras pero ninguna que sea sobresaliente dentro del género. Digo esto porque la película de la que hablamos hoy, El día de mañana, no es ninguna obra maestra ni tampoco será usada como referencia en ninguna clase sobre cine pero eso no quiere decir que no tenga sus aciertos, que los tiene.
La historia comienza con una conferencia del climatólogo Jack Hall (Dennis Quaid) en las que advierte a sus oyentes de que el cambio climático es una realidad y que puede provocar un cambio brusco del clima de la Tierra que haría peligrar la supervivencia de las distintas especies. Sus agoreras predicciones parecen cumplirse antes de lo esperado y de una manera precipitada, mientras que los líderes políticos desoyen sus advertencias y consejos para evitar una catástrofe.
La temperatura empieza a descender de manera abrupta provocando la muerte de millones de personas pero esta sólo es la punta del iceberg para Jack, ya que tendré que embarcarse en una misión de rescate suicida para ir en busca de su hijo, Sam (Jake Gyllenhaal), quien ha acudido a Nueva York con unos compañeros de clase para participar en un concurso académico., quedando atrapado en una biblioteca…
Que te pille el fin del mundo ya es una chapuza, te rompe la tarde… pero que encima te pille en una biblioteca… Joder, Roland Emmerich, eso no se hace!
El reparto de la película está liderado por Dennis Quaid y Jake Gyllenhaal, quienes cumplen con su cometido de padre e hijo que tienen una relación bastante fría, valga la redundancia. Tienen una relación de cordialidad pero se ve que entre ellos no hay feeling, no hay comunicación… Se podría decir que viven en mundos diferentes, uno enfrascado en su trabajo de climatólogo tratando de demostrar al mundo que no está loco y que su teoría catastrofista se va a cumplir mientras que su hijo, Sam, quiere independizarse de ese núcleo familiar, empezar a vivir sus propias aventuras.
Cuando las cosas se tuercen y sabes que nadie más va a acudir en tu ayuda, es cuando valoras a quienes lo dejan todo para correr al rescate, como hace el padre de Sam, Jack (Quaid), sirviendo como pretexto para recuperar esa conexión con su hijo que parecía perdida.
No os voy a engañar, toda la película es bastante predecible y bien podría ser una película de sobre mesa de domingo si no fuera por el elenco de actores y por los increíbles efectos especiales que, sin duda, son de lo mejor de la película.
Creo que he visto la película por lo menos 10 veces y, a pesar de sus errores, reconozco que visualmente me encanta, con esa visión apocalíptica de un Nueva York asediada por el hielo, la imagen de la Estatua de la Libertad congelada es increíble y ver cómo el frío y el hielo poco a poco se van apoderando de todo, de edificios, coches, barcos y, por supuesto, personas. La escena de la biblioteca en un momento en el que el frío se apodera de todo y tienen que decidir si sobrevivir quemando los libros o morir por preservar todo ese conocimiento, esa cultura e historia está muy bien llevado, debatiendo sobre qué títulos quemar y cuáles no al considerarlos imprescindibles.
De las dieciséis (creo que son esas) películas que tiene Emmerich, para mí esta ocupa el tercer puesto en la pole, justo por detrás de El Patriota y Stargate puerta a las estrellas. Digo esto para demostrar que, a pesar de ser una película que no pretende ser más que un puro espectáculo, me lo paso muy bien viéndola, la disfruto mucho y tiene unos efectos especiales que me meten de lleno en la historia a pesar de ese buenismo final en el que todos nos alegramos de habernos conocidos y We are the world… Algo muy Independence Day, por otra parte.
En conclusión, estamos ante una película muy entretenida, visualmente muy atractiva que hará que durante los 117 minutos que dura la cinta desconectes de tus problemas cotidianos y te lo pases estupendamente con tus palomitas y tu mantita mientras miras la tele y piensas: “Hay que ser desgraciado en esta vida para que llegue el cambio climático y te pille en la biblioteca, Jake Gyllenhaal… Con razón acabó luego en Everest, si es que al final le coges gustillo al frío..”
Rubén Arenal
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