La cuarta temporada de El Ministerio del Tiempo se ha estrenado por fin y lo ha hecho con la presencia de varias estrellas invitadas como Carlos Santos, Edu Soto, Ćngel Ruiz, Pep MirĆ”s y alguna incorporación. ĀæHa merecido la pena la espera?
Para no andarnos con rodeos, sĆ. Ha merecido la pena. El regreso de la popular serie, mĆ”s allĆ” de audiencias, ha supuesto uno de los mĆ”s esperados de los Ćŗltimos aƱos. La serie sigue siendo un referente en medio mundo, con adaptaciones legĆtimas e inspiraciones varias (tiene que estrenarse la versión de Ucrania por ejemplo). La serie regresaba tras tres aƱos desaparecida, algo que sus fans siempre soƱaron pero que parecĆa imposible de conseguir. Y lo consiguieron. Contra viento y marea, TVE con Javier Olivares, creador de la serie junto a su hermano Pablo, tristemente desaparecido, y su gente han conseguido levantar el proyecto de una cuarta temporada, en esta ocasión junto a HBO que emite la serie en streaming un dĆa despuĆ©s de su emisión en abierto. Ha merecido la pena porque ha sido como volver a casa. Ha sido algo que todos en el fondo, esperĆ”bamos.
Otro de los aciertos ha sido el cambio de localización. No porque no tuviĆ©semos cariƱo al viejo Ministerio, ni porque el nuevo, con su aire de edificio de los cincuenta abandonado, sea mejor. Es porque nos ha hecho darnos cuenta de lo realmente importante en la serie, los personajes. Nada mĆ”s empezar la temporada descubrimos las instalaciones, y en cuanto vemos a Jaime Blanch, Juan Gea, Francesca Piñón y Gayetana GuillĆ©n Cuervo, sabemos que estamos en casa. Sabemos que ellos son el Ministerio del Tiempo. Entonces llegan mĆ”s personajes y todos somos un poquito mĆ”s felices. Hugo Silva, Nacho Fresneda y Macarena GarcĆa, la nueva Patrulla, son esenciales, claro. Pero en el momento en que Rodolfo Sancho vuelve a aparecer, el fan siente que todo va a salir bien. Es una sensación extraƱa que le debemos al reparto y la dirección, pero sobre todo al trabajo de guión que ha sabido hacer que todo encaje y que la historia sea a la vez intrigante, divertida y emotiva.
Faltan piezas, claro. Nos queda saber cómo encaja Aura Garrido en todo esto, y que su presencia no sea meramente testimonial. Si algo demostró la ausencia de Rodolfo Sancho en la tercera temporada es que ella era el corazón de la Patrulla y de la serie, y por mucho que queramos al resto de personajes, que les queremos mucho, su ausencia es la que mĆ”s se sintió. Ahora su regreso debe ser si no definitivo, constante. No un mero cameo. La serie necesita a Aura Garrido, aunque entendemos el enorme encaje de bolillos que ha debido suponer hacer cuadrar todas las agendas profesionales. AdemĆ”s ha habido una nueva presentación, la de Manuela VellĆ©s, la actriz que se suma de forma definitiva a la serie y cuya presencia supondrĆ” un soplo de aire fresco. Que su Ć©poca sea la misma que la de Pacino (Silva) no sĆ© si juega a favor o en contra de la serie y de sus intereses. Pero es algo muy interesante para explorar. Y es un pedazo de actriz. Su presencia aporta las claves de la serie y sus personajes. Un pasado dramĆ”tico, un presente dubitativo, un futuro incierto. Aunque viniendo del primer episodio (donde se planteaban dudas muy interesante sobre cambiar la historia de EspaƱa, por ejemplo, matando a Franco) daba la sensación de que el segundo tenĆa algo mĆ”s de relleno⦠Porque lo que esperĆ”bamos era seguir indagando en JuliĆ”n (Sancho).
La presencia de Franco (Pep MirĆ”s) nos permite visitar otro de los siempre acertados apartados de la serie. La presencia de grandes figuras históricas que estĆ”n interpretadas por grandes actores y actrices. MirĆ”s es un ejemplo de un regreso acertadĆsimo (necesitamos que le sigan aprovechando, por favor) y ademĆ”s hemos visto a Ćngel Ruiz volviendo como Federico GarcĆa Lorca, por no hablar de la presencia siempre divertida de JuliĆ”n VillagrĆ”n como VelĆ”zquez⦠AdemĆ”s contamos con nuevas incorporaciones de las que hasta ahora hemos visto a un magnĆfico Koldo Olabarri como Luis GarcĆa Berlanga y a dos portentos como Edu Soto, sorprendente en su doble papel de Felipe IV y Fabio McNamara, y a Pedro Almodóvar en su juventud ochentera, donde le ha dado vida Carlos Santos. El actor no sólo clava a Almodóvar al punto que cuesta distinguirlo de la realidad, sino que ademĆ”s le aporta un toque humano, divertido y curioso que nos hace pensar lo mucho que necesitamos ver mĆ”s a Santos en pantalla. Para quitarse el sombrero. AsĆ que la conclusión es buena. No ha habido titubeos al inicio. Olivares y su gente tienen muy claro dónde van, y pese a detalles que pueden mejorar, y seguro que lo harĆ”n, el arranque es mĆ”s que prometedor. Nos quedan varios episodios para descubrir el destino de El Ministerio del Tiempo, que esperemos no concluya en su cuarta temporada.
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