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domingo, octubre 13, 2024
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Fast and Furious 7 ★★★

Fast and Furious 7 ★★★

Crítica de la película Fast and Furious 7

Más espectacular que las anteriores, pero también más floja de ritmo y repetitiva.

La última entrega de la saga de Fast and Furious parece empeñada en superarse a sí misma y a sus antecesoras en un reto que la lleva a apuntarse algunos tantos a favor y algunos  tantos en contra.

A favor tiene una sucesión de secuencias de acción que consiguen darle una nueva dimensión al término “espectacular” en la saga. No hay opción alguna para aburrirse viendo la película porque es un encadenado de secuencias de acción empeñadas en redefinir el término de “más difícil todavía”. El propio guión de la película bromea sobre ello con esa secuencia en la que O´Conner (Paul Walker) le dice a su hijo que los coches no vuelan . Es un anticipo de los alardes visuales y la suspensión de la credibilidad que nos espera en el resto del relato.

A favor tiene igualmente las peleas cuerpo a cuerpo, que son mejores que las de la película anterior. Fast and Furious 7 saca más partido a la contribución en las secuencias de puñetazo y patada del protagonista de Ong Bak, Tony Jaa, y de la aportación de Ronda Rousey, que en mi opinión está mejor explotada en pantalla que la que hiciera en la película anterior Gina Carano. Eso lo han cuidado más. Y nadie podrá ponerle pegas al plato fuerte de esta entrega, que navega a medio camino entre una de Misión imposible y otra de James Bond, con toque al estilo de Los Mercenarios.  Tal y como era totalmente previsible, la acción es el mejor elemento de esta séptima entrega, capaz de ganarse al público incondicional de la saga, desde la primera pelea de Statham con uno de los integrantes de la misma hasta la última.

Sin embargo es significativo que Jason Statham sea el personaje más interesante de esta séptima película, en su papel como villano incuestionable, amenaza temible que es algo repetitiva en sus recursos (me refiero a que sus enfrentamientos con la familia Toretto acaban siempre con un algo repetitivo ¡¡¡ Kabooom !!!, la explosión como  medio expresivo algo reiterativo en esta entrega). Creo que el personaje de Statham merecía más tiempo de metraje y más imaginación en sus duelos con la banda Toretto. No obstante lo cual, Statham es, a mi parecer, lo mejor de esta séptima película, que ayuda a arrancar con ese principio al estilo de Transporter, macarruzo y perdonavidas, que encaja a la perfección en el “Mundo Toretto” y presta un buen juego en este momento clave de la serie en el que ésta debe empezar a buscar nuevos recursos para mantener el aliento ante el lógico agotamiento de sus claves primordiales.

Pero como digo resulta significativo que Statham sea el elemento más interesante de esta nueva entrega. Afirmando eso quiero decir que se percibe un lógico pero no por ello menos llamativo agotamiento de los personajes y situaciones habituales de la saga Fast and Furious, cuyos responsables afirman no obstante que están pensando en hacer de esta película el arranque de una nueva trilogía. Ese  agotamiento se hace notar especialmente en el intento por dotar al guión de diálogos. Si en lo referido a la acción la película cumple sin problemas, en lo referido a los diálogos y las subtramas, Fast and Furious hace aguas por varios orificios en su línea de flotación. Para empezar su guión es flojo, la incorporación del personaje de Kurt Russell no está a la altura del mismo tipo de fórmula de asociación de estrellas que aplica por ejemplo la saga de Los Mercenarios. Por otra parte la subtrama de pérdida de memoria y enlace sentimental conToretto del personaje de Lety suena muy falsa, es muy “love story made in polígoneros”, y no se la cree nadie. Está metida con calzador y mal resuelta con unos flashbacks que no encajan in en tono ni en nada con el tono y el ritmo del resto de la película. Ocurre lo mismo con esas escenas hogareñas de O´Conner y su “churri”. Absolutamente intratables. La saga de Fast and Furious siempre ha hecho aguas por esa parte de “yo no tengo amigos, tengo familia”, que pregona el personaje de Toretto interpretado por Vin Diesel y que no se cree nadie que no esté hasta arriba de psicotrópicos. De hecho, sospecho que ese tipo de consigna sólo es digerible junto con un camión de pastillas de éxtasis asociado a esa música de la banda sonora que no deja de recordarme la banda sonora de los programas más cutres de “reality show” de la cadena televisiva Tele 5. El rollete “familiar” que se traen estos prójimos nunca ha colado, y aquí ver a O´Conner peleándose con un monovolumen o aguantar esa escena de boda metida con calzador en un flashback digno de culebrón televisivo es particularmente hiriente. Testimonia esa falsa premisa de “tipos duros pero familiares” que es el peor lastre de la saga. Lástima que no le hayan echado más narices al asunto y resulte que estos tipos son realmente gente fuera de la ley, y no forajidos domesticados que trabajan para el gobierno y quieren formar familias, o lo que es lo mismo, “malotes” de postal adictos al postureo. Hay mucho postureo visual en toda la película, y aunque nos resulta entretenido y por tanto lo acepto con gusto para pasar el rato, no deja de resultar crispante esa ambigüedad en algunos momentos. Para que quede más claro recomiendo repaso al artículo de antecedentes e influencias de la saga de Fast and Furious que he publicado en la edición en papel de la revista Acción, que puede revelar mejor a qué me refiero cuando aludo a esa contradicción y esa ambigüedad en la saga que nos ocupa. En teoría nos vende un relato de forajidos pero nos los domestican cada vez más (esas escenitas playeras finales, esos rayitos de sol con niño correteando entre la arena con sus papás, esa boda digna de “chonilandia”…).

Total, que la película es espectacular y entretenida, pero empieza a fallar de ritmo después del encuentro con Statham comiendo y sacándole la anilla a una granada, que la acumulación de secuencias de acción se hace algo agotadora,  y que si alguien quiere tener todavía más claro a qué me refiero puede mirarse la manera de tratar un guión plagado de acción, personajes y más acción en Los Vengadores o Capitán América: el soldado de invierno para comprobar que sólo con acumular secuencias de acción espectaculares no se mantiene un buen ritmo o un buen pulso de la acción en una película… de acción.

Miguel Juan Payán

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Miguel Juan Payán
Profesor de Historia del cine, Géneros cinematográficos y Literatura dramática

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