fbpx
AccionCine tu revista de cine y series
12.4 C
Madrid
jueves, marzo 28, 2024
PUBLICIDAD

GRUPO SALVAJE, mi escena más grande de la historia del cine

vlcsnap-2011-11-09-19h02m54s33

Al César lo que es del César: la culpa de que yo esté aquí en pleno día de fiesta (en Madrid) dándole a la tecla para contaros esto es de mi colega Chedas, que me ha picado con su post sobre la más grande escena de la historia del cine. Y se lo agradezco, porque todo estímulo es bueno, y me ha hecho pensar muy seriamente sobre cuál es para mí la más grande escena de la historia del cine. Ojo al para mí, así, subrayado. Quiero decir, la escena que más me ha llegado a las tripas (el corazón es simplemente un intercambiador de fluidos como el de autobuses que tengo a la salida del metro de mi barrio).

Chedas me ha motivado con su texto sobre Amadeus, y creo que no sería mala idea que cada uno de los que le damos a la tecla en la revista Acción nos apuntáramos a esta misma reflexión y contestáramos cuál es para nosotros, a título meramente personal, la escena más grande de la historia del cine.

Yo he dudado poco, lo reconozco. A la hora de pensar en qué escenas me han marcado más a título personal me quedé con tres finalistas. Cliff Robertson diciéndole a Michael Caine aquello de: ¡Usted hará zig y yo haré zag! en el épico desenlace de Comando en el Mar de China (Robert Aldrich, 1970), se me quedó la tercera. Cuando yo era adolescente veías eso en la tele y llegabas a la conclusión de que el cine, entre otras cosas, por ejemplo entretener, servía también para enseñar a la gente cómo echarle pelotas a la vida. Robert De Niro golpeando la pared de la cárcel como Jake LaMota y gritando, desesperado con el mundo pero más aún consigo mismo: ¡No soy un animal! en Toro salvaje (Martin Scorsese, 1980) se me quedó la segunda.  Esa escena siempre me saca alguna lágrima, la muy cabrona.

Pero finalmente la primera sigue siendo la escena de Pike (William Holden) saliendo del burdel con Lyle (Warren Oates) y Tector Gorch (Ben Johnson) y el intercambio de miradas y sonrisas que mantiene con Dutch (Ernest Borgnine) antes de  marchar en un épico desfile hacia el tiroteo final de Grupo salvaje (Sam Peckimpah, 1969) contra todo el ejércido del general Mapache (Emilio Fernández).

vlcsnap-2011-11-09-19h01m54s191

vlcsnap-2011-11-09-19h02m03s28

vlcsnap-2011-11-09-19h02m15s157

vlcsnap-2011-11-09-19h02m22s219

Es un momento mágico de cuatro tipos que están hasta las mismas narices de sí mismo y de todo lo que les rodea, del lejano oeste que se está yendo a la mierda con el avance de la civilización, en una escena que a Sam Peckimpah se le ocurrió a última hora y ni siquiera estaba en el guión.

Es el desfile de la gente que ya no traga más y dice: ¡hasta aquí hemos llegado y me da igual si me dejo el pellejo en esta movida, pero antes me voy a llevar a unos cuantos de paseo! Es la oda de los agotados que al acercarse a una ventana, antes de pensar en tirarse piensan a quién tendrían que tirar por haberles puesto allí.

Viene bien para estos entrañables tiempos de crisis que estamos viviendo, pero debo reconocer que ya cuando vi la película por primera vez en un cine de barrio teniendo quince o dieciséis años me causó la misma impresión, la impresión de un trozo de verdad asomándose por un desgarro de la pantalla.

¡Si se mueven, mátalos!, como diría Pike Bishop.

De manera que ahí dejó el momento mítico como recuerdo o pique por si alguien más quiere aportar su propia escena más grande del cine a esta colección de impresiones y sensaciones que inició el amigo Chedas.

Miguel Juan Payán

AccionCine - Últimos números

Paypal

SUSCRÍBETE - PAGA 10 Y RECIBE 12 REVISTAS AL AÑO

Artículos relacionados

PUBLICIDAD

Últimos artículos