Vamos con una de esas películas que te dejan mal sabor de boca y no precisamente porque sea mala, es un peliculón en toda regla, deja mal sabor de boca porque hay muchas cosas que ves que se están repitiendo (cuando termines de ver la película, si no te has dado cuenta antes, me entenderás).
Esta película de Spike Lee, nos muestra la “América” de los años setenta, donde los afroamericanos comienzan a luchar por sus derechos e integrarse en la sociedad, nos cuenta la historia de Ron Stallworth (Jhon David Washington) y Flip Zimmerman (Adam Driver), en otras palabras la historia real de un policía negro y un judío que se infiltraron en el Ku Kus Klan.
Al César lo que es del César y lo mío es comentar las películas desde un punto de vista didáctico.
Evidentemente el primer tema que voy a tratar es el racismo o mejor dicho la xenofobia. Parece mentira que hoy en día una gran cantidad de gente siga menospreciando a otras personas por el color de su piel o su lugar de procedencia, desgraciadamente es una realidad. Ya lo he dicho más de una vez, los niños no vienen programados genéticamente para diferenciar a nadie por su color de pelo, su estatura o evidentemente color de piel. Ellos solo ven una persona con la que jugar y pasarlo bien. Desgraciadamente los miedos, frustraciones y alguna mala experiencia puntual de alguna persona muy concreta, han conllevado que un grupo de adultos se encarguen de crear en los pequeños, ideas cuanto menos poco acertadas. Y esto nos lleva al siguiente punto y al tema central de mi comentario: los modelos.
En la película encontramos múltiples modelos que atraen a las masas, desde el director del KKK, Stokely Carmichael o la antítesis de ambos, Jerome Turner: un anciano que vivió una nefasta escena de asesinato promovido por la xenofobia en su estado puro. Es evidente que una persona que hace comentarios radicales, siempre conseguirá un apoyo por parte de otras personas, que alguien moderado. Antes de asegurar que me estoy equivocando, piensa en unos cuantos políticos. Pero los radicalismos solo nos llevan a cambiar la forma o las personas en las que enfocar la discriminación. Es clave ayudar a los peques a elegir buenos modelos en los que fijarse para imitarlos, pero esto no se consigue haciendo nosotros mismos un filtrado para ellos, la clave está en ayudarles a desarrollar un pensamiento realmente crítico para que puedan elegir a quien imitar y recordarles que si simpatizan con un cantante o una actriz, tienen que pensar que deben juzgar por separado al profesional de la persona. En cualquier caso y dado que todos somos humanos y por tanto, dados al error, lo mejor es que cada uno sea su propio modelo a seguir: invitemos a los peques a seguir su código ético y convertirse en “superhéroes” del día a día.
El siguiente punto que me gustaría tratar, es el de los prejuicios y para ello voy a tomar el caso de la policía que en la película es criticado con dureza por miembros de ambos bandos. Aquí voy a poner un ejemplo clarísimo: cuando la gente va con el coche con mucha prisa y de pronto ve un coche con lucecitas azules, empieza a acordarse de toda la corte celestial, los progenitores de los guardias, todos los “picoletos” del mundo y unas cuantas personas más. En cambio cuando se está en medio de la montaña, más perdido que Wally en un partido del Atético y con miedo de que no le encuentren y de pronto ve a los guardias, solo le hace falta cuadrarse ante los miembros del Benemérito Instituto. Está claro que desgraciadamente, al igual que sucede en cualquier otra profesión, hay agentes de la autoridad que estarían mucho mejor en casa, pero es totalmente injusto juzgar a un grupo por una sola persona.
Con esto cierro mi comentario sobre la película, pidiendo a cualquiera que me esté leyendo, que antes de apoyar a cualquier político, se informe correctamente sobre su programa político y ver el que se esconde detrás de cada línea de pensamiento.
Óscar Costa
Me despido ya recordando que me encanta interactuar con vosotros en Follow @oscarcosta_
COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK