Crítica de la película La liga de la justicia de Zack Snyder
Más oscura, más sobria, más adulta y mejor, mucho mejor, que la versión anterior.
El resultado final del esfuerzo llevado a cabo por Zack Snyder para que su versión de Justice League saliese a la luz es una visión completamente distinta del mundo de los superhéroes, con un toque operístico o de tragedia griega que es perfecto para estos personajes y que convierten la historia en algo diferente. En ese aspecto la película no cambia tanto la historia que ya vimos, sino la forma en que la misma se despliega ante nuestros ojos. No es tanto que Joss Whedon cambiase la película original, aprovechó mucho más material del que yo pensaba, sino que el tono, el alcance de la misma es completamente distinto en ambos casos.
No voy a negar que siempre he disfrutado Justice League como lo que era y sigue siendo, un entretenimiento sin complejos. Una película para disfrutar una tarde, con espectaculares momentos, ligera y con un futuro que nunca llegó a suceder. Eso puede cambiar con esta versión definitiva de la película que, en un primer momento, borra por completo lo que Joss Whedon rodó y añadió a la película, haciéndola más seria, con un mayor alcance, más sobria y mucho más adulta. Los personajes tienen mucho más que contar y podemos conocerles a fondo. Hay un desarrollo de arco dramático mucho más elaborado, no sólo en personajes que eran algo más secundarios, sino también en las estrellas de la función. Y ese cambio favorece especialmente a Ezra Miller y Ray Fisher.
Flash y Cyborg son los dos personajes que más crecen con esta nueva versión, que tienen más que ofrecer y que incluso cambian realmente respecto a lo visto anteriormente. Eliminar un par de chistes y sacar a la luz ciertas escenas hacen maravillas para Flash, que deja de ser simplemente un bufón para ser el personaje divertido del grupo pero con un trasfondo muy interesante. Algo similar pasa con Cyborg, que sigue siendo un personaje torturado y dividido por su propia naturaleza, pero que está mucho mejor definido y mejor estructurado, especialmente en su relación con su padre. Pero también sucede con Batman, con Superman, Wonder Woman o Aquaman. Todos tienen mucho más que ofrecer en esta nueva versión y todos manejan claves distintas.
La película cambia visualmente porque cambia el color y la fotografía. Cambia el tono. El desarrollo de la historia es parecido, pero cómo se cuenta no lo es en absoluto. Tiene momentos realmente fascinantes y el cambio en la relación de aspecto, funciona, pese a las dudas que levantó. La película no deja de tener humor. Es divertida, pero no se esfuerza tanto por ser cómica. Busca más ese aspecto siniestro. Y es brutal y salvaje en sus escenas de acción, ganándose el R-Rated a pulso en cada momento. Es una película hecha para los fans del director y que posiblemente sus detractores odiarán equivocadamente. Se puede estar en desacuerdo con algunas cosas, pero ni es un fiasco, ni es un error. Es una película profunda, compleja y, sobre todo, diferente a lo visto en el género con anterioridad.
El resultado es fascinante y distinto. Es poderoso y es necesario porque, por mucho que me encante el cine de superhéroes de Marvel Studios, tiene que haber algo distinto, algo que cambie las reglas y sepa alejarse del camino principal. Y esta película lo hace con soltura y con los argumentos necesarios para mostrar ese nuevo camino. Puede ser un punto y seguido o un punto y final, aunque preferiría que todo tuviese una continuidad. ¿Quién sabe?
Jesús Usero
VIDEO CRÍTICA
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