Lincoln. Uno de los mejores y mรกs difรญciles trabajos de Steven Spielberg. Reparto brillante.
Lo primero que quiero aclarar a los lectores es que esta pelรญcula no es sobre la vida de Abraham Lincoln. Lo segundo es que no es un fresco รฉpico sobre la Guerra Civil entre la Uniรณn y la Confederaciรณn, a pesar de que comience con un momento de batalla particularmente brutal. Lincoln no es una pelรญcula bรฉlica sino una pelรญcula de corte polรญtico. Estรก muy lejos del clรกsico de John Huston La roja insignia del valor (1951) y tambiรฉn de Dรญas de gloria (1989), de Edward Zwick. No esperen ver una versiรณn de Salvar al soldado Ryan en la Guerra Civil americana, principalmente porque ese conflicto no es grato en la memoria รฉpica del director y como todo enfrentamiento fratricida estรก teรฑido de tragedia. Aรบn conteniendo รฉpica por ambas partes, le falta el tono de โguerra justaโ que sรญ se le ha otorgado a la Segunda Guerra Mundial. Esa repulsa instintiva del director por el tinte fratricida de la guerra civil es lavada por Spielberg otorgรกndole a dicho conflicto un papel protagonista en la lucha contra la esclavitud, que finalmente es el epicentro real de su semblanza de los รบltimos aรฑos de Lincoln. Eso es lo que hace que la pelรญcula en lugar de titularse Lincoln bien podrรญa haberse titulado La enmienda nรบmero 13, que es la que el presidente que da tรญtulo a la pelรญcula intenta aprobar por todos los medios antes de que acabe la guerra, e incluso haciendo lo posible por prolongarla, con el fin de utilizar el conflicto como elemento de presiรณn ante los demรณcratas y los republicanos conservadores opuestos a votar la enmienda que otorga la igualdad ante la ley a los habitantes negros de lo que quiere llegar a ser los Estados Unidos de Amรฉrica.
En ese relato, eminentemente polรญtico, encontramos uno de los mejores trabajos de direcciรณn de Steven Spielberg, en el cual su brillantez como planificador visual adquiere una consistencia con el objetivo que se ha fijado argumentalmente ciertamente notable.
El problema es que lucha con demasiados elementos en contra para pretender que Lincoln sea una de sus pelรญculas mรกs taquilleras, aunque para quien esto escribe es sin duda una de sus mejores pelรญculas, ejercicio impecable e incluso me atreverรญa a decir que implacable de madurez como director.
El director de Tiburรณn, Encuentros en la tercera fase, E.T., En busca del Arca perdidaโฆ lleva tiempo caminando hacia esa madurez, que en mi opiniรณn iniciรณ con El color pรบrpura y El imperio del sol, prosiguiรณ con La lista de Schindler y bordรณ en una de sus mejores pelรญculas, Munich. A ese segundo grupo de creaciones, menos comerciales y alejadas de los ejercicios de mitomanรญa cinรฉfila a los que se entrega en tรญtulos como Para siempre (guiรฑando al cine de Frank Capra), Hook (guiรฑando a Disney), Amistad (guiรฑando a Robert Mulligan, Matar un ruiseรฑor en un cรณctel complementado con algo de la รฉpica visual del cine de รฉpoca de su admirado David Lean), A.I. Inteligencia artificial (guiรฑando Kubrick), La terminal (otra vez Capra), o War Horse, caballo de batalla (un sentido y brillante homenaje al cine โirlandรฉsโ de John Ford y mรกs concretamente a El hombre tranquilo , con planos que nos recordaban el desenlace de La legiรณn invencible y nos dieron una visiรณn diferente de las pelรญculas de caballerรญa del director de Centauros del desierto). De manera que no busquen en Lincoln al soldado Ryan ni esperen tropezarse con Indiana Jones o con un dinosaurio. La advertencia puede parece muy obvia, pero considero que es necesaria porque creo que estรก en el epicentro del desencuentro con los seguidores de la โmarcaโ Spielberg que se arriesgan a afrontar en la taquilla algunas de estas obras de madurez, las mejores que han salido del talento de este director. Lo que ocurre es que no todo en Spielberg es, ni puede, ni debe ser Indiana Jones a la caza de un nuevo tesoro, un tiburรณn asesino, un trรญo de velocirraptores afilรกndose los dientes o Tom Cruise dรกndose paseos por el futuro en clave de ciencia ficciรณn. Spielberg, que es un icono de la taquilla y el cine de evasiรณn mรกs comercial, no duda en sumergirse en piscinas cinematogrรกficas y argumentales mรกs arriesgadas en proyectos menos fรกciles para el pรบblico como Lincoln. Pero conviene prestarles atenciรณn, porque el talento que le ha caracterizado como narrador visual, y que nunca le he discutido, aunque su lado Capra-Disney me molesta bastante, brilla notablemente a veces en sus proyectos menos obvios y previsibles.
En Lincoln por ejemplo Spielberg se enfrenta con las expectativas que pueden llevar a algunos espectadores a esperar una biografรญa mรกs amplia y centrada en el personaje del presidente interpretado brillantemente por Daniel Day Lewis, pero no es el caso. Otros esperarรกn un fresco รฉpico de la guerra civil, que tampoco estรก presente en la pelรญcula. Su tono me ha recordado mรกs el de Todos los hombres del presidente (Alan J. Pakula, 1976) con algo de la intriga de Siete dรญas de mayo (John Frankenheimer, 1964) y un punto de El รบltimo hurra (John Ford, 1958) y Caballero sin espada (Frank Capra, 1939) que no me molesta tanto como otros paseos del director por los universos โcaprianosโ.
Queda claro que por tanto Lincoln, aรบn siendo una pelรญcula polรญtica, no sigue el ritmo trepidante de esa especie de biblia del gรฉnero que es la serie El ala oeste de la Casa Blanca, ni en Spielberg anida tampoco la faceta mรกs crรญtica de forense del imperio americano de la que suele hacer gala el cine polรญtico de Oliver Stone.
Lincoln tiene ademรกs la dificultad aรฑadida de que Steven Spielberg se entrega a un ejercicio de triple salto mortal, intentando abordar en la misma pelรญcula por un lado la totรฉmica y posiblemente inabarcable figura de Abraham Lincoln junto al tema que realmente le interesa y es el epicentro de su pelรญcula, la enmienda numero 13 de la Constituciรณn sobre la igualdad de los negros, y finalmente el fresco รฉpico del final de la guerra civil americana. Son tres frentes en los que tiene que luchar al mismo tiempo y de los que sale mejor parado en unos aspectos que en otros. Por ejemplo el intento de mostrar un lado humano en el icรณnico Lincoln incluye algunas escenas interesantes entre las que destaca ese personaje del hijo mayor del presidente interpretado por Joseph Gordon Levitt, que con poco metraje deja una impronta en la pelรญcula merced a la secuencia de la fosa de miembros y enfrentamiento con el padre que viene a ser una reediciรณn de la secuencia de la niรฑa del abrigo rojo en La lista de Schindler. Ocurre lo mismo con el fragmento de Lincoln discutiendo con su esposa, Sally Field, el alistamiento del hijo en el ejรฉrcito, en la recepciรณn, en el teatro o en ese paseo en coche donde ella reflexiona sobre cรณmo la verรก la historia. Creo que esos momentos, aunque breves y episรณdicos, secundarios en la trama principal, funcionan bastante bien como ligeras pinceladas de la vida รญntima de Lincoln, aunque la pelรญcula falle en ese frente en la mรกs obvia y tรณpica relaciรณn de Lincoln con su hijo menor.
Por lo referido al tercer frente, la del fresco รฉpico de รฉpoca, abunda mรกs en interiores que en exteriores y tiene cierta tendencia a la postal histรณrica, como demuestra ese plano de Lincoln reunido con su gabinete mostrando en primer plano y perfil de estatua el rostro del presidente, y tras รฉl sus asesores en perspectiva
La mejor parte de la pelรญcula la encontramos en su frente polรญtico, donde se produce la intriga, se incluye la conspiraciรณn para conseguir votos, se plantea el dilema de prolongar la guerra para lograr el apoyo necesario para aprobar la enmienda, y surge un personaje y un actor capaz de disputarle el protagonismo al propio Lincoln de Daniel Day Lewis: el congresista Thaddeus Stevens interpretado por Tommy Lee Jones. Desde ese personaje, Spielberg nos hace pensar que bien podrรญa haber simplificado su propuesta prescindiendo del retrato de Lincoln y dejando al presidente en un segundo plano para centrarse sรณlo en la Enmienda nรบmero 13 y narrar el relato desde el punto de vista de Stevens, al que otorga ademรกs en los momentos mรกs intensamente dramรกticos del relato cuando con el duelo frente a la โseรฑora presidentaโ en la recepciรณn, cuando tiene que renunciar en el Congreso a sus verdaderos objetivos de igualdad total para los negros y en el desenlace con esa explicaciรณn genial del personaje desde lo รญntimo y lo cotidiano mediante esa escena de cama que es ejemplo perfecto de la superioridad de la sencillez y lo visual sobre la complejidad y lo textual en la narraciรณn cinematogrรกfica.
Es en el lado polรญtico del relato donde se multiplica la apariciรณn de pequeรฑas perlas de interpretaciรณn en manos de actores que hacen casi un cameo pero aportan esa familiaridad necesaria para allanar la identificaciรณn del espectador con el amplio abanico de personajes implicados en esa fase de la historia, gentes como James Spader David Strathairn, Robert Latham, Jared Harris, Walton Goggins, Hal Holbrook, Jackie Earle Haleyโฆ
En conclusiรณn: un buen trabajo de Spielberg desde la madurez en una pelรญcula difรญcil que se entrega a la adoraciรณn de Lincoln con menos pasiรณn de pรบlpito de la que yo me temรญa pensando en la parte mรกs Capra del director.
Miguel Juan Payรกn
Opiniones del pรบblico a cargo de nuestro redactor Vรญctor Blanco. Follow @veblanco
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