Memorias de un zombi adolescente la mejor versiรณn de la fรณrmula de fantasรญas para jรณvenes.
La semana pasada se estrenรณ Hermosas criaturas, que segรบn dije en mi crรญtica para esta misma pรกgina me parecรญa un trabajo mejor elaborado de aplicaciรณn de la fรณrmula de fantasรญas para jรณvenes que Crepรบsculo por varios motivos que intentรฉ aclarar en aquella ocasiรณn. Me ocurre lo mismo con Memorias de un zombi adolescente, que en mi opiniรณn da otro paso adelante para mejorar la fรณrmula dentro de unos parรกmetros que siguen estando regidos por la explotaciรณn comercial y la bรบsqueda quizรก excesivamente afanosa de un tipo de cliente concreto para el producto, mรกs que por el interรฉs de contar una historia con su arco dramรกtico y sus personajes. Dicho de otro modo, si dije que Hermosas criaturas era mejor que Crepรบsculo, ahora digo que Memorias de un zombi adolescente es mejor que Hermosas criaturas, esto es, mucho mejor que Crepรบsculo. Asรญ que ahรญ arriba hay tres estrellas pero pueden ponerle tres estrellas y media de mi parte.
Memorias de un zombi adolescente me parece mรกs interesante como producto de evasiรณn cinematogrรกfica par jรณvenes que Crepรบsculo porque ya de partida abraza con ganas y sin ningรบn tipo de pudor una descarada explotaciรณn de dos fรณrmulas de probado รฉxito en el mercado de ocio para jรณvenes: los muertos vivientes y las fรกbulas romรกnticas con ligerรญsimo toque gรณtico.
Esto tiene algo bueno: son sinceros. Quieren hacer pasta y van a entrar a saco que atraco y sin complejos en la explotaciรณn del asunto. Merced a esas actitud clara, no les sale un ejercicio pedante o pretencioso como en otros casos (por ejemplo, sin ser adaptaciรณn de la fรณrmula Crepรบsculo, algunos momentos de la รบltima de Tim Burton, Sombras en la oscuridad, eran muy โCrepรบsculoโ, pero pretendรญan ser una delicatesen de cine con autorรญa que se le quedรณ al director en ejercicio pedante de autoexplotaciรณn, que es lo que pasa cuando las claves del estilo de un autor se convierten en simples tics o manรญas para disimular las ganas de meterse en mรกs huertos y probar cosas nuevas).
En Memorias de un zombi adolescente no hay nada nuevo, pero a ellos no les importa. Es un ejercicio muy bien perpetrado de explotaciรณn de las dos fรณrmulas citadas que consigue algo poco habitual en las pelรญculas de fantasรญas romรกnticas adolescentes: que quienes ya por edad no andamos con la hormona revuelta, nos la trae ya totalmente floja encajar en nada y ademรกs tenemos muy claro que eso de perseguir sueรฑos es una frase promocional para sacarle dinero a los mรกs crรฉdulos y pringados, nos traguemos la fรกbula a la espera de ver quรฉ les ocurre a los dos protagonistas. Todo hay que decirlo, desde nuestro cinismo existencial, fruto de la experiencia en este sรณrdido planeta, tenemos cierto morbo por ver cรณmo van a salir los guionistas del huerto en el que se han metido. Porque, oigan, no es nada fรกcil meternos la bola de que una moza rubiales en edad de merecer vaya a cargar con un muerto viviente, por mucho que en este tipo de historias los tipos sean siempre algo asรญ como una especie de novio-peluche para enseรฑarle a las amigas, un noviete-trofeo que va de malote pero luego resulta ser mรกs dรณcil que un tamagochi con paperas.
En ese juego de pura fรณrmula, mรกs falso que un euro de madera, tiene en mi opiniรณn mucho mรฉrito que los responsables de Memorias de un zombi adolescente consigan que los adultos cรญnicos podamos entretenernos y seguir la pista a algo que claramente nos pilla muy lejos al menos en un 45 por ciento del relato. Incluso han sido suficientemente astutos para construir, por primera vez en este tipo de fรณrmulas, todo hay que decirlo, un personaje que de algรบn modo representa ese otro tipo de pรบblico ajeno al suyo de referencia con el que nos podemos echar unas risas imaginando la reacciรณn del tipo cuando la nena le vaya con el cuento de que se ha ligado a un zombi. Me refiero al personaje de John Malkovich .
En todo caso, lo que me ha confirmado esta pelรญcula es que haciendo honor a las cualidades que les suponen los relatos de ficciรณn que los reclutan como protagonistas, los zombis, o si ustedes lo prefieren, los muertos vivientes, son capaces de resistir todo lo que se les eche encima, incluyendo una variante de la fรณrmula Crepรบsculo. Y nueve veces de cada diez son capaces de hacer que nos interesemos por lo que se nos estรก contando. Pasรณ ya con Zombieland, que en esencia no contaba nada y era una pelรญcula de carretera tirando a sencillita (compรกrenla con Pequeรฑa Miss Sunshine y ya me dirรกn si no habรญa mรกs โchichaโ en esta segunda, por poner un ejemplo, porque tampoco que nadie tenga las agallas de decirme ahora que Zombieland era algo asรญ como Easy Rider con zombis, podrรญamos sonrojarnos de vergรผenza ajena), y pasa con la serie The Walking Dead, que parece que no cuenta nada pero cuenta muchas cosas sobre todos nosotros, por poner dos ejemplos mรกs o menos recientes y populares de las peripecias de los inquietos muertos vivientes en pantalla grande. Los zombis son un motor argumental los metas donde los metas. Dan mucho juego, y los artรญfices de Memorias de un zombi adolescente saben sacarle partido a eso exponiendo cierta capacidad de autoparodia que, como era totalmente previsible, funciona bien en la primera parte del relato, hasta el momento en que se ven obligados a mezclarla con la otra fรณrmula argumental de romanticismo adolescente.
Cuando llega el tema romรกntico propiamente dicho, no se pasan mucho con ello, no ofenden al buen criterio del espectador mรกs de lo estrictamente necesario, y como consecuencia la pelรญcula sobrevive sorteando el escollo mayรบsculo de las babas que se hacen presentes en este tipo de relatos con mayor solvencia que en otras aplicaciones del romanticismo fantรกstico adolescente.
Y en su tercer acto tiene mรกs acciรณn que cualquiera de las entregas de romanticismo fantรกstico adolescente que han ido llegando รบltimamente a la cartelera, con los huesudos como anzuelo para engancharnos a los que o tenemos la hormona loca dando saltos por nuestras cabezas.
Aรฑadan a eso una protagonista que me convence mรกs por su papel activo que la pasiva Bella, y es incluso mรกs convincente que la bruja adolescente de Hermosas criaturas, y un protagonista que aรบn repitiendo el manido recurso de la voz en off con la que expresa sus neuras existenciales incluso consigue caer simpรกtico.
La pelรญcula me funcionรณ hasta ese final que es del libro, pero que necesitarรญa haber sido reescrito para el cine con mayor sarcasmo, mรกs toque gamberro, e incluso el disparate. Tal como estรก, tiene el mismo efecto que el domesticado final de Shrekโฆ
Una curiosidad final. Tal y como ya dije, Hermosas criaturas tiraba de la cita literaria para darle pรกtina de mayor solidez a la repeticiรณn cansina de la consabida fรณrmula del adolescente marginado que quiere encajar y tiene miedo al sexo contrario y ademรกs se ve en la posiciรณn de lidiar con las diferencias tribales estilo Romeo y Julieta, complaciendo las expectativas paternas y al mismo tiempo corriendo esos riesgos que son una tentaciรณn y una colecciรณn de inquietudes, algo muy repetido en este tipo de historias para explicar que quiere ser un campeรณn o campeona, triunfar socialmente y darle de comer a ese ego mayรบsculo que todo adolescente lleva oculto tras una tupida cortina de insolencia y miedos menos inconfesables de lo que ellos creen. Memorias de un zombi adolescente hace lo mismo tirando de citas musicales como Bob Dylan, Bruce Springteenโฆ
Miguel Juan Payรกn
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