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miércoles, abril 17, 2024
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Moonwalker ★★★★

Moonwalker ★★★★

Crítica de la película Moonwalker de Michael Jackson

De la imaginación de Michael Jackson nace una película como ninguna otra». En esta frase, pronunciada por Constantino Romero en el trailer de «Moonwalker», está condensada la esencia de toda la película. Si a la media hora de cinta te sigues preguntando qué estás viendo o porqué toda esa amalgama de videoclips, trocitos de documental, música y trama cinematográfica infantiloide, que parece montada por el mismísimo mono Bubbles, recuerda que estás asistiendo simplemente a lo prometido, un viaje al interior de la imaginación de Michael Jackson, que no es poco decir. El artista no solía dar entrevistas, pero se expresaba a través de su trabajo, y en «Moonwalker» quiso aprovechar la gran pantalla para abarcar mucho, aunque apretase poco. En la película tenía que recordar la trayectoria artística, presentar sus nuevos videoclips y convertirse en el actor que diese vida a su fantasía: meterse en la piel de una especie de superhéroe musical que consigue salvar a un grupo de niños de las garras de un narcotraficante interpretado por Joe Pesci.

El germen y pieza angular de la película lo constituye el cortometraje de «Smooth Criminal», el séptimo sencillo extraído del álbum «Bad», un videoclip que rivaliza, si no supera, al propio «Thriller». A su alrededor había que construir una historia que comenzó titulándose «Chicago Nights». Una de las primeras ideas de Michael era hacer un western al estilo de «Los siete magníficos»; por otro lado, se visualizaba a sí mismo y a otros diez bailarines con elegantes trajes bailando en un viejo teatro. No en vano, la canción había evolucionado desde una maqueta titulada «Al Capone». El propio Bob Fosse fue requerido para dar ideas en esos primeros momentos. Sería el bailarín y coreógrafo Vincent Paterson, con el que había trabajado en «Beat It» años antes, el que aportó el ambiente del hampa de los años 30 en Chicago. Dos años antes de comenzar a rodar, Michael comenzó a reclutar a un equipo en el que se barajaron los nombres de los directores Ron Howard o Robert Zemeckis, o el del técnico de efectos especiales Kevin Pike. Howard no supo por dónde coger el proyecto. El director, que venía de dirigir «Un, dos, tres… Splash» (1984) y «Cocoon» (1985), necesitaba un merecido descanso y dio un paso atrás. Zemeckis, recién fichado por Disney para dirigir «¿Quién engañó a Roger Rabbit?», también dejó pasar la oportunidad. Pike, que había sido citado por su trabajo en los efectos especiales de «Regreso al futuro», en especial por su adaptación del DeLorean, vio potencial en las sugerencias de Michael y se alistó. Quien ocupó la silla de director fue Colin Chilvers. La especialidad del británico eran los efectos especiales, entre ellos, hacer volar a Superman. Además dirigía, al menos para televisión, y tenía experiencia trabajando con niños. Chilvers llamó a su compañero de trabajo en «Superman», David Newman, para que escribiese un guión que diese cohesión al caos imaginativo de Michael. Le bastaron 26 páginas para tener una hoja de ruta en cuya ejecución se saltarían todas las reglas narrativas. Fue uno de esos escasos momentos de la historia del cine en los que el proyecto no tenía fecha de finalización, ni presupuesto estimado. Michael estaba al mando y se lo podía permitir económicamente, costase lo que costase. Chilvers, en busca de una estética sobre la que reposar el peso de la historia, propuso a Michael inspirarse en «El tercer hombre», el clásico del cine negro de Orson Wells. Además del citado Pesci, el resto de personajes lo conformaban tres chavales, Brandon Adams, Kellie Parker y Sean Lennon, el hijo de John y Yoko Ono.

¿Merece entonces la pena invertir 93 minutos en visionar este proyecto? Sin duda. «Moonwalker» captura para siempre en el tiempo a un artista en uno de los puntos más álgidos de su carrera. Captura también parte de la esencia de la añorada década de los ’80. Todo en la película hace retroceder a ese momento. El color, los efectos especiales, la loca narrativa y, por supuesto la música, lo más incontestable del film. «Una película como ninguna otra». No será que no lo avisaban.

Toni Arias

Este texto es un extracto del libro MAGIA EN MOVIMIENTO: MICHAEL JACKSON A TRAVÉS DEL CINE Y LOS VIDEOJUEGOS cuyo precio es de 19€ + 3€ de gastos de envío y se puede adquirir a través de este enlace de PayPal:

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