Crítica de la película Searching
Thriller sorprendente en sus formas, al que finalmente traiciona el fondo… Dicho de otro modo, Searching es una película que si durase sólo 90 minutos, sería uno de los mejores thrillers del año. Una película casi redonda, dura, inquietante y, sobre todo, adictiva. Un viaje frenético que nos deja enganchados a través de una serie de pantallas que cuentan la historia de forma poco convencional pero extremadamente convincente. Una magnífica pieza de orfebrería que esconde en su aparente sencillez una enorme complejidad a todos los niveles, con un reparto que funciona a las mil maravillas, sobre todo gracias a su protagonista principal, John Cho, quien aparece en pantalla casi todo el tiempo. Lo dicho, sería una película sensacional si no fuese por los últimos cinco minutos o diez minutos…
John Cho da vida a un padre entregado a su hija, Margot (Michelle La), debido a la trágica muerte de su esposa. Una noche, Margot sale para ir a estudiar a casa de una amiga, y ya nunca regresa. El padre, desesperado por la desaparición de su hija se niega a aceptar que la policía se encargue del caso, incluso pese a la ayuda de la detective Vick, por lo que hará todo lo que esté en sus manos para encontrar a su hija. Para ello tendrá que entrar en el ordenador de su hija y descubrir los secretos que ella le ocultaba, algo que podría determinar el destino de la chica. Una trama apañada y sin muchas novedades, la verdad.
Lo que importa en una trama así, es cómo está contada la historia, y en eso es donde destaca la película dirigida por Aneesh Chaganty y producida por Sev Ohanian, con guión de ambos. Una historia en la línea de Unfriended o Open Windows, contada toda desde las imágenes que muestran los ordenadores, móviles, televisiones, cámaras, etc. Nos asomamos a la vida de estos personajes a través de los muchos dispositivos que empleamos cada día en nuestras propias vidas. La mirada de los personajes es dentro de esas ventanas que nos definen en el mundo de la información en el que vivimos, y por eso su trama funciona tan bien. Todo es inmediato. Pensado y realizado en tiempo casi real. Eso nos atrapa y nos lleva de momento en momento con un ritmo sensacional.
Los dos actores principales hace la historia todavía más convincente. Los personajes son en parte creíbles gracias a ellos, y tanto Cho como Messing convierten los pequeños detalles que definen sus papeles, en muestras de identidad sólidas para el espectador. Y todo va de maravilla, en serio. Bien escrita, con el reparto a un nivel magnífico y una dirección brillante… ¿Dónde está el problema? Pues en un final de historia que derrumba casi por completo el maravilloso castillo de naipes que nos habían preparado sus responsables. Uno de esos finales que uno no termina de creerse, donde uno es consciente de exactamente en qué punto tenía que haber terminado la película, y no sucede… Una pena, porque esa es la diferencia, notable, entre un thriller brillante y uno simplemente bueno.
Jesús Usero
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