fbpx
AccionCine tu revista de cine y series
15 C
Madrid
jueves, marzo 28, 2024
PUBLICIDAD

Silencio ****

Silencio ****Brillante reflexión sobre la fe y la religión de la mano de Scorsese. Una película valiente, muy valiente, en tiempos en los que la fe y la religión no están precisamente bien considerados, Martin Scorsese se lanza de cabeza a la piscina para reflexionar con honestidad sobre lo que hace a los hombres de fe, lo que la fe genera en torno a la religión católica, y cómo superar las pruebas a las que la misma es sometida a lo largo del tiempo, de muy diversa índole, pero sobre todo, siempre, sin duda por parte de aquellos que la practican. No se confundan, Scorsese no plantea una crítica a la religión o al cristianismo, todo lo contrario. Plantea una alabanza a aquellos que creen y se sacrifican, a los que sufren y a los que viven la religión con honestidad.

Dos jóvenes sacerdotes portugueses viajan a Japón en pleno siglo XVII para investigar la desaparición de un sacerdote que evangelizaba la zona, en una época en la que el cristianismo estaba completamente prohibido, obligando a los practicantes a abandonar la nueva fe o ser duramente castigados, incluso con la muerte. En ese excelente viaje narrado como siempre con un pulso brillante por parte de Scorsese, conocemos a dos jóvenes cuya misión acaba siendo un viaje personal para analizar sus propios motivos, sus momentos de flaqueza y de fuerza. Y no sólo la de ellos, sino la de esa gente humilde, que a escondidas busca la luz de la religión en la que creen, y que no encuentran mayor propósito que sacrificarse por ello. Convertirse en mártires silenciosos.




El título de la película no es casual. El silencio de un Dios a las plegarias del protagonista, quizá nunca respondidas. El silencio en el que deben mantener su presencia, su fe, su religión… El silencio de una barcaza en la niebla. Un silencio que puede que finalmente sea contestado… O no. Andrew Garfield se convierte en la columna vertebral de la película con una interpretación tan conmovedora como contenida cuando debe serla. En sus ojos refleja el director el dolor, la tristeza, la lucha por mantener la cordura, la fuerza… Bien escoltado por Adam Driver (¿qué excusas tendrán ahora quienes dicen que es mal actor?), el reparto japonés, sobre todo Issei Ogata (sublime) y Yôsuke Kubozuka, y la presencia de Liam Neeson que lleva la película en una nueva dirección. Haciendo méritos para llevarse el Oscar.

El resultado es de una factura técnica no sólo impecable, sino bellísima, con ecos de Dreyer o Bergman por momentos, pero también de un poderoso y profundamente conmovedor relato en torno a la religión. Eso, en los tiempos descreídos en los que vivimos, es todo un manifiesto a contracorriente, aunque por momentos la película de vueltas en círculos sin terminar de avanzar. Son unos momentos, en los que da la sensación de haberse estancando, aunque alguna charla entre Ogata y Garfield o la llegada de Neeson, recuperen el ritmo. Casi tres horas de relato sobre las preguntas que nos hacemos, muchas sin respuestas, en torno a un tema controvertido, que parece responder a las propias preguntas y confrontaciones de su autor sobre su propia fe. Una excelente película.

Jesus Usero


COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK

©accioncine


AccionCine - Últimos números

Paypal

SUSCRÍBETE - PAGA 10 Y RECIBE 12 REVISTAS AL AÑO

Artículos relacionados

PUBLICIDAD

Últimos artículos