Crítica de la película Spenser: Confidencial
Mark Wahlberg y Peter Berg vuelven a colaborar en una interesante mezcla de acción, misterio y humor.
Una obra que viene de la creación literaria de Robert B. Parker, el detective boxeador Spenser, aunque aquí se adapte la obra de Ace Atkins, quien continuó con el personaje tras la muerte de Parker. Un personaje que es muy querido por los fans de la literatura de género, aunque no sea de los más conocidos, pero también por aquellos que nos criamos en los ochenta y disfrutamos de las aventuras del personaje en televisión, en la serie protagonizada por Robert Urich, Spenser, Detective privado. Han cambiado varias cosas del personaje y de su historia, pero mantiene lo principal. Los crímenes, la ayuda a gente que lo necesita, el boxeo, a Hawk y a Henry Cimoli, por ejemplo.
Aunque el origen del personaje cambia. Su historia ahora es la de un policía que ha pasado años en prisión por agredir a un superior. Pese a tener motivos para hacerlo, debe pagar su deuda con la justicia. Al salir, intentará cambiar de vida, pero su pasado volverá para atormentarle y obligarle a ajustar cuentas con el mismo si quiere ser finalmente libre. Para ello tendrá la ayuda del dueño de un gimnasio, que le proporciona un techo bajo el que dormir, y de un compañero de cuarto bastante peculiar. Juntos tendrán que resolver una trama de corrupción que asola la ciudad de Boston. Brian Helgeland le aporta algo de entidad a un guión sencillito que viene firmado también por Sean O’Keefe, recién llegado del mundo de los videojuegos.
Por supuesto, gran parte del atractivo de la película recae sobre su protagonista. Wahlberg encarna al personaje con su aplomo habitual y su vis cómica, descubierta y potenciada en los últimos años, sobre todo a raíz de Ted. El actor se encuentra exactamente igual de cómodo con las peleas y escenas de acción que con los momentos hilarantes y completamente fuera de lugar (cierto encuentro en un restaurante… o en un bar… Los baños de esos lugares son perfectos para momentos realmente divertidos). El actor además viene acompañado por Alan Arkin, siempre brillante, y por Winston Duke, responsable de dar vida a Hawk, uno de los personajes más importantes del universo Spenser. Eso sí, la novia de las novelas, la psiquiatra Susan, y de la serie, ha sido sustituida por Cissy, personaje arrollador con Iliza Shlesinger, quien le da vida…
Peter Berg cambia un poco su estilo, de montaje caótico y muchos planos distintos, por algo más tradicional. También abandona la cámara en mano tan habitual en sus películas, por algo mucho más sencillo y que funciona a las mil maravillas con los combates de boxeo, las persecuciones y los tiroteos. No es que Berg deje de ser él mismo, simplemente ha suavizado su estilo. En cierto sentido, ojalá en Milla 22 hubiese hecho algo similar para disfrutar de las peleas de Iko Uwais. La película finalmente es intrascendente. No aporta nada nuevo al género, abusa del humor, de los personajes llenos de tópicos y clichés y delas casualidades. Pero es efectiva, tiene un ritmo magnífico y funciona. Funciona maravillosamente.
Jesús Usero
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