Crítica de la película Spider-Man Lejos de Casa
Spider-Man cada vez más cerca de casa.
En el sentido de que cada vez se aproxima más lo que vemos en pantalla a la esencia de las viñetas, algo que muchos parecen no querer comprender, y lo siento. Por ellos y por lo que quiero explicar. La película es cada vez más fiel a la esencia de lo que es Peter Parker, un joven con una carga de culpa enorme sobre sus hombros que no es capaz de conciliar sus poderes con su vida mundana, y que pese a su inteligencia, sigue siendo un adolescente que no está preparado en muchos sentidos para enfrentarse al mundo. Spider-Man es romance, es aventura, es acción y es humor, un humor a veces extraño, que viene de la verborrea del personaje en acción y de su peculiar forma de ser fuera de la acción.
Es eso lo que me sacó de mis casillas en principio en Homecoming, esa manía por ridiculizar al héroe cuando estaba vestido de traje y en plena faena, no entendiendo que es entonces cuando Spider-Man no es un joven patoso, sino un héroe. Pero uno nervioso porque es joven, y tiene miedo, así que lo libera hablando sin parar. Aquí tenemos el paso a la madurez del héroe, que sigue teniendo 16 años, pero debe decidir si quiere aceptar esa responsabilidad, esa enorme carga, o si se convierte en un simple adolescente más. No es una decisión sencilla y la película la maneja muy bien porque, como en los cómics, tras un momento ligero y de humor, llega uno más devastador para el personaje. Uno que le rompe. Y eso funciona de maravilla.
Funciona de maravilla también lo que vemos en el personaje a la hora de crecer y mejorar porque crece y mejora la película en sus escenas de acción, por ejemplo. Una acción que nos traslada a Europa, a diversos puntos del viejo Continente, donde un viaje escolar se convierte en la aventura de sus vidas, y sobre todo nos trae un nuevo personaje Misterio, que en los cómics muchas veces ha sido tomado casi a broma por el héroe, pero que aquí cobra una nueva dimensión. Y lo mejor es que descubráis todo sobre el personaje vosotros mismos, la verdad. Contaros lo que hay en la historia sería destrozaros el viaje. Eso sí, la presencia de Jake Gyllenhaal es imprescindible para entender quién es este personaje y por qué funciona tan bien en la película.
Además de eso tenemos a los regulares, pero sobre todo a Tom Holland dándolo todo por su Peter Parker y su Spider-Man. Aquí el desarrollo del personaje le permite crecer incluso más como actor y eso se transmite en las imágenes de la película, del mismo modo en que crece la figura de Jon Watts como director, tanto en las escenas de acción como en las más intimistas (hay que ver cómo desarrolla las relaciones personales). Tiene defectos, claro que los tiene. La trama del mejor amigo de Peter, interpretado por Jacob Batalon, es insulsa, y no aporta nada a la película. Algunos dirán que es el alivio cómico, pero la película ya tiene comedia de sobra, y la presencia del amigo ralentiza la trama de una forma excesiva. No aporta nada y lleva a momentos realmente… raros. De hecho lo que hace es enfatizar que hay personajes que deberían aparecer ya en las películas. Y algún actor joven es realmente mediocre. Por lo demás, un paso adelante firme en la saga del trepamuros, con varias sorpresas y giros que nadie vio venir (una de ellas es realmente sensacional). Disfrutadla.
Jesús Usero
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