Jay Rasulo, director financiero de Disney, ha confirmado en una conferencia de inversores celebrada ayer que además de los tres nuevos largometrajes de la serie de Star Wars que empezarán a estrenarse cada dos años de 2015 en adelante, arrancando con el Episodio VII dirigido por J.J. Abrams, el estudio trabaja ya en varias películas de spin-off que llenarán los huecos de explotación entre esos largometrajes, llegando a la cartelera por tanto en 2016 y 2018. La idea es mantener un estreno del universo Star Wars al año entre 2015 y 2019. De ese modo, además del Episodio VII (2015), Episodio VIII (2017) y Episodio IX (2019), en los años entre estas producciones se estrenarán largometrajes independientes en clave de spin-off, abordando los orígenes de algunos personajes que se alternarán con la trama principal de la trilogía.
Lo que no ha confirmado ni negado Rasulo son los rumores que circulan por internet señalando que el protagonista del primer spin-off sería Yoda, con un retorno a la juventud del célebre maestro jedi.
El anuncio es una bomba para los muchos seguidores que tiene la saga en todo el mundo y persigue el mismo objetivo de mantenimiento de explotación de la franquicia entre largometrajes que George Lucas consiguió con las series de animación para televisión de Las Guerras Clon y el largometraje de las mismas estrenado en salas cinematográficas como punto de arranque de la serie en animación en 3D. Pero para quien esto escribe lo más interesante no es la hábil maniobra de explotación del universo Star Wars aplicada por Disney, sino las posibilidades que ofrece de continuidad de los largometrajes más allá de la nueva trilogía, ya que en el anuncio de Rasulo se puede leer entre líneas que los dos largometrajes de spin-off que se estrenaran en 2016 y 2018 son sólo los primeros de lo que puede ser una saga que permitirá recorrer los orígenes de algunos de los personajes más carismáticos del universo Star Wars. Lo cual me lleva a pensar que con un poco de suerte a alguno de los implicados se les ocurrirá en algún momento lo que ya se les ha ocurrido a quienes explotaron este mismo universo en cómics y libros cuando estaba totalmente en manos de George Lucas.
Las posibilidades son inmensas, y reducirlas a un largometraje sobre Yoda se me antoja incluso muy cicatero. Puestos a especular y en pleno ataque de friquismo casi babeante, me da por pensar lo bien que estaría ver un largometraje de los orígenes de Jango Fett y/o de su hijo, Boba Fett y de los mandalorianos. ¿Qué me dicen de una variante de Doce del Patíbulo o de Los Siete Magníficos protagonizada por los cazarrecompensas de El imperio contraataca, además de Boba Fett, Dengar, Bossk, Zuckuss, IG-88, 4-LOM… o ya puestos incluso el Greedo del Episodio IV (y sigo manteniendo que, diga lo que diga George Lucas, Han Solo disparó primero…).
Pero si ponemos a funcionar la imaginación, aún mejores perspectivas de abren pensando en un posible largometraje que aborde el ataque de los Yuuzhan Vong, que se mutilan a sí mismos y ofrecen su dolor a sus dioses cual si de villanos sadomasoquistas de Hellraiser se tratara y llegan desde fuera de la galaxia para retar a la Nueva República, que tendrá que aliarse con el remanente del Imperio que queda en el planeta Bastión para enfrentarse a la amenaza (el enemigo de mi enemigo es mi amigo… o algo así).
Y no olviden que la zombimanía también ha llegado al universo Star Wars, por ejemplo en la novela Las tropas de la muerte, de Joe Schreiber…
Y, por cierto, ¿quién no quiere ver un spin-off sobre el origen de Chewbacca?
Muchas posibilidades por tanto, todas las que permite el amplio universo de Star Wars, se abren ahora a la explotación cinematográfica, configurándose como una promesa de aventuras y entretenimiento en pantalla grande.
Eso sí, esperemos que no se les ocurra hacer un spin-off de orígenes de los Ewoks o de Jar Jar Binks…
Miguel Juan Payán
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