George Lucas le sigue sacando pasta a su guerra de las galaxias y ahora se ha subido al carro del cine en tres dimensiones para poner al día de la última moda visual de explotación cinematográfica las dos trilogías de Star Wars.
Personalmente no soy un seguidor del cine en 3D, más bien al contrario. Y si me apuran, incluso diría que de todo lo que he visto estrenado hasta el momento, el único largometraje que realmente me ha producido la sensación de que ha conseguido sacarle el mejor y mayor partido a la tridimensionalidad en la pantalla, es más, incluso se nutre de ella, es Avatar de James Cameron. Y pare usted de contar. En mi opinión el resto de lo que nos ha ido llegando a la cartelera en 3D, hasta el momento, podía haber pasado perfectamente sin la tridimensionalidad, un añadido que le sobra. Y como dije en la crítica correspondiente, para tres dimensiones e incluso cuatro dimensiones, ahí está Origen, y sin necesidad de gafitas ni de objetos saliendo de la pantalla, asunto por otra parte bastante obvio y que transcurrido un tiempo de metraje no digo yo que pase desapercibido, pero sí que se hace algo cansino y repetitivo, sacándonos de la película.
George Lucas le sigue sacando pasta a su guerra de las galaxias y ahora se ha subido al carro del cine en tres dimensiones para poner al día de la última moda visual de explotación cinematográfica las dos trilogías de Star Wars.
Personalmente no soy un seguidor del cine en 3D, más bien al contrario. Y si me apuran, incluso diría que de todo lo que he visto estrenado hasta el momento, el único largometraje que realmente me ha producido la sensación de que ha conseguido sacarle el mejor y mayor partido a la tridimensionalidad en la pantalla, es más, incluso se nutre de ella, es Avatar de James Cameron. Y pare usted de contar. En mi opinión el resto de lo que nos ha ido llegando a la cartelera en 3D, hasta el momento, podía haber pasado perfectamente sin la tridimensionalidad, un añadido que le sobra. Y como dije en la crítica correspondiente, para tres dimensiones e incluso cuatro dimensiones, ahí está Origen, y sin necesidad de gafitas ni de objetos saliendo de la pantalla, asunto por otra parte bastante obvio y que transcurrido un tiempo de metraje no digo yo que pase desapercibido, pero sí que se hace algo cansino y repetitivo, sacándonos de la película.
Dicho todo lo anterior no tengo por menos que aclarar que no obstante si una película o saga rodada en tradicional merecía ser “traducida” al 3D, posiblemente es la serie de Star Wars, porque siendo objetivos, es la que tiene más mimbres para que ese viaje de traducción merezca realmente la pena (y no como en el caso de otros intentos de “traducción” recientes que nos dejaron bastante mosqueados, como Furia de titanes o Airbender…).
Además, conociendo a Lucas y su obsesión con la tecnología, no me cabe la menor duda de que el proceso de traslado a la tridimensionalidad será de la mayor calidad posible, y en todo caso ya la tercera entrega de la nueva trilogía, en esa batalla de arranque preludiaba ese concepto de las tres dimensiones incorporado a los acontecimientos del relato y la forma de narrarlos, así que no estamos hablando sólo de una maniobra oportunista para sacar más dinero, aunque obviamente no nos la van a poner gratis en los cines, sino que además tendremos que pagar el habitual “impuesto revolucionario tridimensional” en la taquilla, pero ya sabemos que todo lo que rodea a esta saga es puro espectáculo, y a poco aficionado que uno sea a la misma muy mal se tiene que dar para que no le saquemos jugo a cualquier cosilla que Lucas nos quiera echar para entretenernos mientras seguimos esperando novedades en el universo Star Wars.
Según afirma la nota de prensa del evento, Star Wars: Episodio I, La Amenaza Fantasma se estrenará en cines en 2012, y el supervisor de efectos especiales de ILM, John Knoll, aclara: “Conseguir buenos resultados en la conversión a 3D es una cuestión de tomarse el tiempo necesario y hacerlo bien. Conlleva tener ojo crítico y artístico junto con una increíble atención al detalle para tener éxito. No es algo que pueda hacerse con prisa si quieres tener buenos resultados. Para Star Wars nos tomaremos nuestro tiempo, aplicando todo lo que sabemos tanto estética como técnicamente para conducir a los espectadores a una fantástica nueva experiencia Star Wars.»
Miguel Juan Payán
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