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jueves, abril 25, 2024
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The Equalizer 2 ★★★

The Equalizer 2 ★★★

Crítica de la película The Equalizer 2 

Mejor que la primera, con un Denzel Washington soberbio y en su salsa.

Antonie Fuqua y Denzel Washington le han pillado totalmente el pulso al personaje de Robert McCall en esta segunda película, y se nota que ambos están más cómodos para abordarlo, más relajados, con menos lastres de presentación de personaje, y acercándose a una trama donde mantienen varios “casos” a la vez en el aire, como malabaristas hábiles del cine de intriga salpicado ocasionalmente con secuencias de violencia rápida y brutal donde de paso encuentran y explotan cierto tono de autoparodia -el tema del reloj- sin por ello descascarillar la tensión.

Creo que en esta segunda película consiguen equilibrar mejor esas dos identidades que conviven en las historias de la serie The Equalizer tal como las han repensado para el cine. La alianza entre una forma de abordar la intriga que remite al tono de cine setentero con historias de conspiración se da aquí la mano mejor que en la primera película con la parte de acción trepidante. Y el encuentro de Denzel Washington con Pedro Pascal funciona bien, aunque sin grandes sorpresas. El juego de los actores en general es el mejor aliado de la película para salir adelante y hacer sólidas e interesantes las partes más frágiles del relato. Esa fragilidad deriva del hecho de que en realidad tampoco es que no estén contando nada nuevo. Es una película de acción e intriga sólida, solvente y resolutiva en su contenido, que como muchas de las que habitaron la cartelera en la etapa de clásicos del género en los años setenta sale adelante porque tiene un guión bien organizado y bien equilibrado en sus partes esenciales, porque Fuqua sabe cómo sacarle el máximo partido a Denzel Washington, su actor-fetiche, en este género -no se le dio tan bien en el flojo remake de Los siete magníficos, pero incluso en aquella las partes más sólidas derivaban de la química director actor entre Fuqua y Washington, una de las mejores asociaciones de director-actor del cine actual, como vienen demostrando desde Día de entrenamiento-, y porque sabe cómo reforzar a su protagonista con la contribución de un cuadro de actores de reparto en el que además de Pascal saca muy buen partido a las breves pero contundentes contribuciones de Melissa Leo y Ashton Sanders en papeles más relevantes, pero también, y esto es aún más llamativo y sin duda esencial para darle solidez y madurez a la propuesta, en contribuciones más breves pero esenciales de Bill Pullman, Orson Bean y Sakina Jaffrey para revestir de mayor solvencia las partes más de tránsito y acompañamiento de otros momentos más esenciales de la historia. Derivado de todo ello, esta segunda película tiene más personalidad que la primera, tiene un final de acción más interesante y dinámico, y en su conjunto todo está más conseguido. Además puede profundizar más en el pasado del personaje incorporando información sobre el mismo de manera dinámica a la trama, lo que le proporciona más base y desarrollo al trabajo de Washington dando como resultado un personaje más completo.

Se preguntarán ustedes por qué si todo esto está tan bien no le he atizado cuatro estrellas en lugar de tres. Pues porque ahí algunas cosas que me chirrían especialmente. Vamos con ellas. Primero ese “buenismo” cargante que impregna algunos momentos particularmente babosos de la película. A ver, tengo clarísimo, y lo advierto antes de que salga el listillo/a de turno a tirarse del tirante, que el tema del buenismo forma parte de la propia personalidad del personaje. Lo acepto, no me lo trago ni por un segundo, ojo, me crispa y me parece un lastre que se empeñen tanto en convertirlo en una especie de banderita de buen rollo, pero, como decían en el anuncio aquel de los juegos de mesa: aceptamos barco como animal de compañía. Me gustaría que el tema de la redención lo llevaran por un lado menos simplón, sobre todo porque me parece una manera de justificar que el menda se ponga las botas cada vez que se lía a repartir leña con consecuencias particularmente brutales y sangrientas. Da la sensación de que la previsible satisfacción sádica del espectador por ver tan expeditivo reparto de tollinas quedara liberada de toda responsabilidad o mal rollo por la vía del buen rollo. Me parece algo farisaico el asunto. Pero lo que me ha aniquilado en esta película es el desenlace del abuelete que busca el cuadro. Creo que ahí se les ha ido la mano. Mucho. Es un final de telefilme, modo “El equipo A” y creo que no pega nada con la interesante y narrativamente saludable amargura y tristeza que transpira todo el resto de la película. Tampoco me convence el “momento mensaje” metido con calzador entre Denzel y su joven vecino en el edificio de los camellos, pero al menos en ese caso lo bien que funcionan los actores hacen que lo pueda hacer pasar por la garganta y me lo trague a regañadientes sabiendo que es más falso que el alma del propio Judas. Otro arrebato de telefilme. Y, bueno, lo de ese Deus ex machina del golpe de viento en la torre ha conseguido que escuche incluso el mecanismo de poleas de guión como si estuviera rascándome la toga en un teatro griego mientras me tatúan en el antebrazo apò mekhanês theós. Esperaba que resolvieran ese interesante huerto de estrategia en el que se habían metido sin salirse por la tangente. Ah, y bueno, lo del pasajero con pinta chunga que, ¡sorpresa!, resulta ser un chungo, no puedo decir que me haya sorprendido especialmente. En general, la parte de intriga propiamente dicha, me ha sorprendido poco, principalmente porque pescan peces de plástico en el mismo barril de siempre y no arriesgan, pero tampoco voy a pedirle más a este tipo de producto que, insisto, en todo lo demás me parece bastante sólido y me ha proporcionado un buen rato de cine de acción e intriga, tomándose además el tiempo necesario para construir su historia abordando personajes y asuntos de carácter más secundario, cosa que es muy de agradecer.

Al contrario que otras películas de intriga y acción, The Equalizer 2 sí es una película, película. Y bastante completa.

Miguel Juan Payán

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VENGADORES: LA GUERRA DEL INFINITO XXXXX

Miguel Juan Payán
Profesor de Historia del cine, Géneros cinematográficos y Literatura dramática

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