El tรกndem Denzel Washington/Antoine Fuqua nos trae un buen thriller de acciรณn. Un tรกndem que es mรกs conocido por los espectadores por habernos brindado aquella magnรญfica pelรญcula a camino entre el thriller y el policรญaco, llamada Training Day, que supuso un Oscar para el actor y que se quedรณ en la memoria del espectador. Aรฑos despuรฉs, el listรณn estaba tan alto que no les perdonamos ni una, y por eso The Equalizer, que juega en una liga completamente distinta, no tiene ni las mismas metas ni las mismas bases que Training Day. En este caso sรณlo busca entretener y, en caso de funcionar en taquilla como lo estรก haciendo, crear una saga basada en el personaje, heredado de la serie de tv del mismo tรญtulo.
Para empezar, el guiรณn de aquella era de David Ayer, y eso se nota, y aunque el trabajo de Richard Wenk al adaptar la serie es mรกs que competente, no estรก al mismo nivel. Un hombre con un misterioso pasado, que intenta pasar desapercibido por el mundo, resulta ser un agente de la CIA retirado que no puede dejar atrรกs quiรฉn fue cuando se decide a ayudar a una joven prostituta en manos de unos mafiosos rusos. Algo que desencadenarรก una serie de eventos casi impredecibles. Podrรญa decirse que la pelรญcula es una suerte de origen para el personaje de Robert McCall, aquรญ interpretado por el siempre magnรญfico Denzel Washington. El actor se bebe el papel, con sus frases lapidarias, su parquedad de palabras, su determinaciรณn y esa mirada que tan bien describe el personaje de Chloรซ Grace Moretz, una joven que cada vez es mejor actriz.
Ni quรฉ decir que poner de villano a Marton Csokas es otro acierto de la pelรญcula, que va generando tensiรณn poco a poco, haciendo crecer la trama de forma interesante sobre todo en su primera hora de metraje, pero a la que finalmente le sobran kilos y termina por agotarse durante algunos tramos. Digamos que sus casi dos horas y cuarto de duraciรณn terminan teniendo demasiados valles, demasiadas historias innecesarias (el compaรฑero que quiere ser guardia de seguridad, por ejemplo, esa historia deberรญa haber sido muy podada) y apariciones estelares, las de Bill Pullman y Melissa Leo, sin casi ningรบn peso.
Por eso el resultado finalmente es descompensado. El personaje de Moretz desaparece a mitad de pelรญcula sin explicaciรณn hasta el final de la misma, y no estรก tan aprovechado como deberรญa. Cuando la investigaciรณn avanza, cuando McCall entra en acciรณn (de una u otra forma, no sรณlo a golpes), recuerda a los mejores papeles de Liam Neeson en el cine reciente de acciรณn y suspense. Pero cuando pretende abarcar demasiado se despista y cansa al espectador hasta que retoma el rumbo. El conjunto final es una pelรญcula muy satisfactoria, sobre todo en su primera parte, entretenida y potente por momentos (tiene escenas de una fuerza incontestable y Fuqua es un gran director de escenas de acciรณn, grandes y pequeรฑas), pero a la que terminan sobrรกndole algunas cosas. Con todo, es perfectamente disfrutable.
Jesรบs Usero
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