Crítica de la película Thor Ragnarok
La mejor de las tres películas de Thor hasta la fecha.
No está exenta de algún que otro problemilla y con el final de esta trilogía nos queda la sensación de que no han sabido cogerle la medida real al personaje en algunos aspectos, o en muchos. Por mucho que algunos acabasen decepcionados, la versión del personaje que ofrece la primera película de Kenneth Brannagh, es la más cercana a lo que Thor es en los cómics, en su vertiente de viaje al mundo humano, a la Tierra y los problemas que allí encuentra, incluyendo su relación romántica con el personaje de Natalie Portman. Solemne, con toques de ópera y de drama de Shakespeare, a la que, por motivos de presupuesto al ser la primera entrega, le faltaba algo de acción al más puro estilo Thor… No era perfecta pero era un magnífico comienzo para el personaje. Con la segunda parte, servidor tiene sentimientos encontrados. Me lo pasé bien con ella, reflejaba muy bien el universo de Asgard y los elfos oscuros, todo el tema de la magia y tenía grandes batallas. Pero la película era fría, sin alma, y el exceso de humor la hacía perder el norte en momentos cumbre.
En cierta medida eso le sucede a Thor Ragnarok. De hecho tiene aún más chistes que las dos anteriores juntas, con una manía preocupante por convertirse en una comedia, mucho más cercana a Guardianes de la Galaxia en tono y argumento que a una historia de Thor. En cierta medida es como si los responsables de Marvel no creyesen en el potencial del personaje a nivel cinematográfico y tuviesen que aderezarlo con elementos propios de otros personajes. Y Thor necesita un aire de solemnidad en determinados momentos, un punto de seriedad narrativa que aporte épica en determinados momentos. Épica que, por ejemplo, sí supo tener Doctor Extraño, pero que se encuentra ausente en muchas películas de Marvel recientemente. Esa sensación de que todo está perdido y los héroes no tienen más que una solución, seguir luchando. Si esos momentos siempre se salpican con humor, pierden mucho fuelle. Pierden peso. Y por mucho que me encante Taika Waititi, director de la película, ni todo el humor funciona, ni el personaje y su universo lo necesita a todas horas. Es un tono habitual ya en muchas producciones Marvel, aunque parece que Black Panther con Ryan Coogler al mando podría devolvernos algo de lo visto en otras películas (sí, yo también pienso en Winter Soldier o Avengers).
Voy a recalcar que son males menores, no un problema real. Que es más la sensación del fan de los cómics que llevo dentro, que me hace pensar en un Thor más oscuro y serio, pero eso no es lo que Marvel nos lleva mostrando desde hace tiempo. Así que entendemos esa necesidad por contar esta historia de esa forma, por hacerla cercana a Guardianes de la Galaxia y su enorme éxito de taquilla. Sobre todo porque la película acumula aciertos desde su primer minuto. Desde ese enfrentamiento con Surtur con el que se abre la película, a los magníficos cameos en Asgard (no dejéis que nadie, repito, NADIE, os los cuente). Pero es cuando hace acto de presencia la auténtica villana, Hela, cuando la película despega realmente. Entendedme bien, el reparto está magnífico. Todos los ya conocidos tienen sus personajes controlados a la perfección, añadiendo notas sutiles a cada uno de ellos. Los nuevos, con nombres como Jeff Goldblum, Tessa Thompson (su Valkiria es sorprendente y tiene uno de los momentos más visualmente fascinantes, épicos y únicos de todo el universo Marvel. Como un cuadro en movimiento) o Karl Urban son magníficas aportaciones. Y la película da más peso a Idris Elba, que siempre es una gran decisión.
Pero donde triunfa sin dudas es con Blanchett. Desde que aparece en pantalla la diosa de la muerte, nos encontramos ante una de las villanas más fascinantes, atractivas y poderosas que hemos visto en este universo hasta la fecha. Su simple presencia es una mezcla de atracción y miedo. Cómo se mueve, sonríe o mira la actriz demuestran no sólo que se lo ha pasado en grande con el papel, sino que este tipo de actores, de grandes nombres, funcionan muy bien en este género si les dan algo interesante que hacer (sí, estoy pensando en Natalie Portman y si podría regresar o no a Marvel. Viendo a Blanchett, ella se lo pierde…). La película entonces maneja a un villano interesante y a un grupo de héroes en una misión casi imposible, derrotarla, pero antes tendrán que pasar un peculiar viaje intergaláctico que ofrece de todo, pero sobre todo, mucho humor. Quizá demasiado. Eso finalmente lo decidirá el público, si el exceso de chistes funciona o no en una película así. Si el personaje tiene que ser más cercano a otras cosas o a Guardianes de la Galaxia.
En ese viaje encontramos la presencia de Hulk y Bruce Banner, y uno de los grandes momentos de la película sin duda, la batalla entre ambos héroes que ya hemos visto anunciada en tráilers y que es uno de los grandes atractivos de la película. Sí, es un gran momento de batalla y sí, es casi casi como estabais esperando. Una lucha digna de los dioses y un momento que de verdad hace que la película merezca la pena. Y no es el único. Thor Ragnarok es una historia de aventuras y acción de ritmo considerable, llena de guiños al lector de cómics y al habitual del universo Marvel, con un tono ciertamente ochentero en muchos momentos, como su música o su sentido de la maravilla, y con una historia que tiene un par de giros muy interesantes. No es la mejor película del género, ni tampoco pretende serlo. Pretende enlazar con lo que está por venir y entretener al espectador, maravillarle por momentos, durante sus poco más de dos horas de duración. Lo consigue sin despeinarse y además nos deja más de un momento memorable. Pese a sus pequeños defectos.
Jesús Usero
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