Turbo, entretenido cuento familiar que es mรกs interesante en sus personajes humanos que por los animales.
Por una vez, los personajes secundarios son mรกs interesantes que los protagonistas. O traduciendo esto al lenguaje de las pelรญculas de animaciรณn, los personajes humanos son mรกs interesantes que los animalillos reclutados para la ocasiรณn.
Turbo nos presenta a un caracol que es primo hermano de todos los bichos inadaptados del cine de animaciรณn que se viene estrenando desde que a Walt Disney se le encendiรณ la maquinita de imaginar y creรณ al ratรณn Mickey. Encajar y ser popular son los mayores objetivos de este gasterรณpodo veloz que nace con clara vocaciรณn de convertirse en otra pieza de juguete o recuerdo para el pรบblico objetivo de este tipo de historias: los niรฑos. Tus niรฑos y tus sobrinos disfrutarรกn mucho con Turbo, porque es totalmente previsible para los adultos, pero para los niรฑos tiene pinta de ser una maquinita de vender caracoles en el mercado del barrio. Vamos que si yo tuviera iniciativa empresarial, cualidad de la que carezco dado mi natural cinismo, me ponรญa a recoger caracoles ya mismo y me plantaba en la puerta del primer centro de ocio infantil que me saliera al paso con una caja de cartรณn repleta de gasterรณpodos y un poster de la pelรญcula detrรกs, gritando el lema โPon un caracol en tu vidaโ.
Lo dicho: los niรฑos se lo deberรญan pasar bien con las aventuras de este caracol que quiere ser mรกs raudo que un fรณrmula uno y ademรกs se tropieza con una especie de Toreto de la serie Fast and Furious que sumido en el anonimato, cual deidad benefactora de los ingenuos y los inocentes, le otorga la gracia de hacer realidad su sueรฑo.
Por ahรญ todo muy previsible, aunque bien podrรญan haber desarrollado algo mรกs el tema de los superpoderes del gasterรณpodo como una sรกtira del cine de superhรฉroes de nuestros dรญas, abriendo asรญ hueco a un mayor interรฉs del pรบblico adulto por la odisea del animalillo que da tรญtulo a la pelรญcula. No lo hacen y los adultos tenemos que conformarnos en esa parte de la historia con reรญrnos de esos oportunos ataques de cuervos que son una de las pinceladas mรกs divertidas de la historia.
Pero afortunadamente los gasterรณpodos no estรกn solos en esta aventura. La pelรญcula les ha reclutado una especie de coro de personajes humanos de acompaรฑamiento que son los que realmente resultan interesantes como fรกbula del รฉxito y el fracaso, con tonos que traen ecos del cine de soรฑadores ingenuos y entraรฑables de Frank Capra pero en realidad representan la pesadilla de los juguetes rotos en este tiempo de crisis econรณmica que estรก mandando al paro a tanta gente y metiรฉndonos en problemas econรณmicos a casi todos. Y son por ello esos personajes humanos los que en esta ocasiรณn consiguen atraer el interรฉs de la trama. Cierto es que tambiรฉn a รฉstos les habrรญa venido bien un tono mรกs de comedia de Preston Sturges, algo mรกs de gamberreo y menos tono de Frank Capra, explotando mรกs el friquismo y el disparate de la situaciรณn que viven, pero incluso como estรกn en la pelรญcula son todo un apunte del mundo en el que vivimos y los restos flotantes del naufragio que tenemos que agradecerle a nuestros gestores de la cosa pรบblica y a las entidades financieras.
La pelรญcula es algo tรณpicas, tiene algunas obviedades como darle el papel de caracol macarrilla al aparentemente inevitable Samuel L. Jackson, y no se aparta un milรญmetro de la fรณrmula de explotaciรณn del cine de animaciรณn mรกs conservador, pero con todo funciona como entretenimiento familiar.
Miguel Juan Payรกn
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