Liam Neeson sigue siendo el rey de éste género. No importa que lo estén sobrexplotando en los años recientes. No importa que la saga Venganza haya quedado un poco estancada en el pasado. No importa que el actor pase ya de los sesenta años. Su talento, elegancia y entrega en cada papel, física y emocionalmente, hace que compremos las propuestas en las que aparece sin problemas. Y Una Noche Para Sobrevivir, donde repite con el director español Jaume Collet-Serra, no iba a ser menos. Sobre todo porque la historia está más trabajada que en anteriores proyectos conjuntos, quizá haciendo que la película no termine de definirse, entre el género de acción sin complejos y el cine negro y de gangsters. Pero sigue siendo un entretenimiento de primer orden.
En esta ocasión la historia, los personajes, están más desarrollados que en Non Stop o en Sin Identidad, resultan más interesantes, más cercanos a Caminando entre las Tumbas, que es de las mejores películas de Neeson en su nueva época, aunque de las menos taquilleras también, pero mucho más alejada del cine de acción y más centrada en el cine negro, como es este caso. Aunque aquí no se separa tanto del cine de acción y tiene peleas, persecuciones de todo tipo y tiroteos suficientes como para dejar satisfecho al fan del género. Sobre todo en los cuerpo a cuerpo, donde Neeson es todo un experto y se implica mucho en la película. Y se nota. Pero en esta ocasión interesa también esa historia de padres e hijos buscando redención. Y venganza.
Con esas claves, los duelos entre los actores son capitales para la película. Y ver a Neeson enfrentarse a Ed Harris es uno de esos placeres que nos proporciona el cine, en el que además se nota que los actores también disfrutan de esos momentos. Ayudan mucho otros grandes nombres del reparto como Bruce McGill, Vincent D’Onofrio, Joel Kinnaman como el hijo de Neeson, Genesis Rodríguez y un cameo muy especial que no vamos a revelar por no hacer spoiler a nadie. Pero es un cameo que se disfruta mucho como toda la película. Además Collet-Serra rueda las escenas de acción como siempre con pulso y ritmo envidiables, aunque deja para el final de la película un momento más dramático que de acción. Y se agradece.
El único problema es que no termina de decidirse, como decía antes. No sabe si quiere ser cine negro o si quiere dedicarse simplemente a entretener. Debería abrazar uno de los dos géneros sin complejos, sin miramientos, sin preocuparse del qué dirán. Eso despista al espectador, que no sabe si la película avanza a tirones o sobra uno de los dos aspectos. Por ejemplo la huída del edificio, es innecesaria si es cine negro, forzada incluso, pero muy disfrutable en el cine de acción. Acaba caminando en tierra de nadie. Pero que no se equivoque nadie. Estamos ante buen cine de acción, una película muy entretenida y con un siempre enorme Liam Neeson. Y sus fans, que no somos pocos, lo disfrutaremos mucho.
Jesús Usero
COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK
