Crítica de la película Venom
No es lo que esperaba, para bien y para mal. Llevamos días recibiendo informaciones distintas de lo que nos íbamos a encontrar en Venom, la película protagonizada por Tom Hardy y dirigida por Ruben Fleischer. Algunos decían que sería la peor película del año. No es la peor película del año, tampoco la mejor. Es una mezcla de ideas brillantes y otras mediocres, de genialidad y amor por el cómic, con necesidades de blockbuster para todos los públicos. Porque la película no tiene categoría R, por lo que la audiencia a la que llega será mayor, pero también veremos menos sangre en la pantalla. Y el personaje de Venom necesitaba de esa sangre para hacer la película que los fans llevan años exigiendo.
La historia es bastante genérica. Es una película sobre el origen del personaje, un antihéroe violento con una obsesión por proteger a los inocentes. Y muy ligado a Spiderman en los cómics, porque el simbionte estuvo ligado a Peter Parker antes que a Eddie Brock, el personaje que interpreta Tom Hardy. La película esquiva esa bala, dando un origen más cercano a la serie de animación de los noventa, y permite que el personaje sea libre para crear su propio destino sin vivir pendiente de lo que Spiderman haga o deje de hacer. Es uno de los aciertos de la película. Pero también tiene errores enormes que dañan al resultado final de la misma. Algunos son errores de reparto que parecen incomprensibles, como Michelle Williams.
Aunque no lo parezca, la actriz es lo peor del reparto. Williams ha sido nominada cinco veces al Oscar, así que no parece lógico, pero es ciero. Riz Ahmed compone un villano tópico, pero con un punto siniestro. La estrella por supuesto es Tom Hardy. Su personaje de perdedor y su combinación con Venom son el alma de la película. Respeta completamente la esencia del cómic, pero además le añade un punto de humor negro muy, muy divertido. Sólo por ver cómo discuten Venom y Eddie, merece la pena ver la película. Y, por cierto, Venom no aparece sólo cinco minutos. Es el centro de la historia y podremos disfrutar de él durante muchos minutos.
Venom no es perfecta, pero es muy entretenida. Si sus efectos visuales no son magníficos, su humor negro y perverso lo compensa. Si sus escenas de acción abusan del CGI, su tono de serie B hace que no nos preocupe lo más mínimo. La película despega en cuanto el simbionte hace acto de presencia, y su ritmo sigue creciendo hasta el final, quizá mejorable, pero muy disfrutable. Además hay dos escenas postcréditos, la primera imprescindible (y nos hace preguntarnos si serán capaces de hacer esa película) y la segunda… bueno, es mejor dejar que la audiencia la descubra. Estoy seguro de que, pese a lo que muchos dicen, Venom se convertirá en película de culto, y no puedo dejar de pensar en la posible secuela, con todas las posibilidades que ofrece la historia que han presentado.
Jesús Usero
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