Crítica de la película Viudas de Steve McQueen
Steve McQueen vuelve a la carga con cine de calidad.
Desde el género, algo menos común en su carrera como director, y que creo que se corresponde con la presencia de Gillian Flynn como coautora del guión de esta película junto al propio McQueen. La autora del guión de Perdida, novelista reputada, responsable junto a Marti Noxon de la serie Heridas Abiertas (una de las mejores del año) siempre ha apostado por el género, por hablar del ser humano a través del crimen y de personajes dañados, rotos, rodeados de un misterio, muchos secretos… El thriller, el suspense, como arma para hacer una radiografía de los personajes y sus complejos, sus daños, sus heridas y cicatrices… Que es lo mismo que hace McQueen, con su cine, pero desde otros géneros. El director de Hunger, Shame y 12 Años de Esclavitud tiene una habilidad maravillosa para crear y componer personajes que se definen desde el dolor o el sufrimiento, desde el enorme peso que llevan sobre los hombros sus protagonistas, enfrentados a una destrucción física y mental, a una tortura del alma que les lleva por un terrible camino. Pero es un camino en el que no se rinden, son personajes que luchan, se rebelan… Consigan o no la redención, curación, libertad… lo que sea que deseen, su forma de enfrentarse a ello es a través de la rabia, de la no rendición… Al menos el director lo hace. Si sus personajes se derrumban, McQueen no les compadece. McQueen se ofusca y lucha…
Así que de la combinación de ambos, director y guionista, el resultado no podía ser más que esta explosiva película de criminales que en desde fuera puede parecer una heist movie, una película sobre un robo, pero que es mucho, mucho más. Una radiografía sobre un grupo de mujeres que se niegan a rendirse cuando el mundo les dice que deberían hacerlo. Cuando todos las han descartado, cuando todos consideran que son una broma. Si el mundo te toma por un ser débil, quizá sea el momento de aprovecharlo. Son personajes desgastados, seres humanos dañados a todos los niveles. Abandonados a su suerte. Por eso interesan tanto y llaman la atención a guionista y director de la película. Flynn y McQueen saben en qué partes de la historia centrarse y lo hacen con una elegancia sensacional. Desde el género. La historia nos presenta a un grupo de mujeres que son las viudas del título, esposas de un grupo de ladrones liderado por Liam Neeson (con Manuel Garcia-Rulfo y Jon Bernthal entre ellos) que fallece en su fallido último golpe, debido a la policía. Su trabajo fue robar a un gánster local de Chicago que pretende cambiar de vida y presentarse a las elecciones a concejal. Un tipo que quiere recuperar el dinero a través de la principal viuda, la mujer de Neeson, Viola Davis. Para intentar conseguir ese dinero, Davis se aliará con otras dos viudas del grupo, Michelle Rodriguez y Elizabeth Debicki, para llevar a cabo el último trabajo que planeaba su marido. Y todo ello con la guerra política entre ese gánster y el personaje de Collin Farrell…
Una guerra política que nos permite observar la situación americana local a través de los ojos del racismo y la segregación racial, de esos barrios de Chicago en este caso, que pese a su mayoría de población negra, siempre han estado representados por gente blanca, quizá con buenas intenciones, pero desconocedores del problema real, y finalmente también aves de rapiña sobre estas tierras. Pero cuando el reemplazo es un tipo de turbio pasado y peores alianzas (qué gran tándem forman Brian Tyree Henry y Daniel Kaluuya), uno se plantea si ese barrio realmente tiene salvación, o si el color de la piel no esconde quienes somos realmente. Como puede ver el lector son muchas tramas, variadas y diversas, como la relación entre Farrell y su padre, Robert Duvall, o la llegada al trío de viudas de un personaje que cumple todos los requisitos y que tiene los rasgos de Cynthia Erivo, formando así nuestro cuarteto criminal protagonista, pero dejando fuera a Carrie Coon. Un reparto tan sensacional que, mientras ve la película, uno sólo puede pensar en cuántas nominaciones va a obtener la misma por sus actores… Destacan una portentosa Davis, una Rodríguez a la que no vemos así desde hace muchos, muchos años, y una Debicki en su primer gran papel. Su primera escena con Bernthal y lo que se explica, además del arco del personaje y la presencia de Lukas Haas, son un perfecto repaso a lo que ofrece la actriz. En poco más de dos horas, McQueen hace honor, de verdad, a todos esos personajes. A sus tramas, a sus complejos movimientos, que son como placas tectónicas chocando. Y aunque algunos de los giros no sean precisamente sorprendentes, los asumimos como si no fuesen giros, sino una consecuencia completamente lógica de hacia donde se dirige la historia. No busca efectismo, busca capacidad dramática para analizar a fondo a estos personajes. Vean la charla en el coche entre Farrell y su ayudante, filmada primorosamente sin ver el rostro de nadie… Una charla que además presenta a un personaje, el de Molly Kunz, que casi no habla en toda la película, pero que es más importante de lo que parece. Crea la estructura para que el espectador, entienda quién es realmente esa mujer. Porque al final, tras todo ese viaje por Chicago, su política, sus criminales, su racismo y, por tanto, el de Estados Unidos, Viudas es una película sobre sus mujeres, sobre ese grupo de personajes femeninos que, en lugar de apartarse del camino, deciden seguir luchando. De su rabia, su coraje y su fuerza, que es la de muchas otras. Una radiografía brillante de un director brillante, acompañado de una no menos brillante guionista, que abre en canal a sus personajes sin medias tintas. Y todo ello sin dejar de ser un magnífico entretenimiento y una película de atracos como mandan los cánones. De lo mejor del año.
Jesús Usero
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