Sólo por Woody Harrelson ya merece la pena esta película. No quiere decir que el resto de la misma sea prescindible o no merezca la pena, pero sí es cierto que si no fuese por la presencia del actor, la película posiblemente no tuviese la misma fuerza y se convirtiese en un proyecto simpático pero olvidable. Pero el papel de Harrelson como ese insoportable protagonista hace que nos interesemos más por la historia, aunque al final termine en parte siendo también su talón de Aquiles, pero no por el actor, sino por el personaje en sí mismo. Una comedia independiente que está basada en una novela gráfica de Daniel Klowes, autor del guión y de otras obras tan interesantes como Ghost World. Aunque esta película no está a la altura de aquella.
Dirigida por Craig Johnson, el responsable de la más interesante The Skelenton Twins, Wilson es una película que gira en torno a la figura de un hombre solitario, honesto, mucho menos listo de lo que se cree, obsesivo, algo imbécil, irreverente y bastante pedante. Un tipo que lo mismo te acosa en un vagón de tren para preguntarte por tu vida, que se pone en junto a ti en un baño vacío para espiarte y contarte alguna monserga. Un tipo repelente, la mayor parte del tiempo, que podría ser un hípster pasado de rosca, pero que tiene un punto tan peligroso como insoportable. Quizá ahí reside su encanto, si es que lo tiene. Pero sin duda gran parte del mérito del mismo es de Woody Harrelson.
Claro que el actor no viene solo. Junto a él un buen puñado de nombres más que interesantes como Laura Dern, Judy Greer, Margo Martindale o Mary Lynn Rajskub, aunque sólo las dos primeras tienen suficiente tiempo en pantalla para destacar mientras vemos a Wilson descubrir un secreto sobre su pasado que cambiará radicalmente su vida, aunque no el modo en que se enfrenta a ella. Eso nos lleva a situaciones realmente hilarantes (verle intentar ligar con alguna mujer es un momento de oro) y otras ciertamente dramáticas que definirán el destino del personaje y quizá su salto a la madurez, algo que necesita como el comer.
El problema de la película es la indefinición de la misma. Sabe que quiere hacer reír, y lo consigue, y sabe que tiene muy buenos actores, y les deja a sus anchas, pero no sabe emocionar ni sabe muy bien qué historia quiere contar. Da demasiados tumbos y demasiadas indefiniciones de la historia, que parece cada veinte minutos un tipo distinto de película. No sabemos si es la historia de un hombre que no quiere sentirse solo, si es una historia romántica, una sobre la familia o una sobre el destino. Incluso un drama criminal. La película no sabe definirse y eso hace que cueste mantener el interés en la misma, junto al carácter algo insoportable del protagonista. Pero con su humor irreverente, su carácter único y su actor protagonista son motivos de sobra para darle una oportunidad.
Jesús Usero.
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