El próximo largometraje de la serie de James Bond podría estar en la cartelera en noviembre de 2012, si hacemos caso a la noticia que se ha publicado después de que la productora MGM, una de las legendarias “majors” de Hollywood, se declarara en bancarrota para empezar a solucionar sus serios problemas financieros que habían puesto en entredicho la continuidad de la saga de 007.
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El próximo largometraje de la serie de James Bond podría estar en la cartelera en noviembre de 2012, si hacemos caso a la noticia que se ha publicado después de que la productora MGM, una de las legendarias “majors” de Hollywood, se declarara en bancarrota para empezar a solucionar sus serios problemas financieros que habían puesto en entredicho la continuidad de la saga de 007.
La compañía ha dado este primer paso para empezar a reconstruirse y lo hará con dos franquicias de peso como punto de arranque de la que sus gestores esperan sea una nueva era dentro del célebre estudio del león rugiente. Además de Bond, la otra franquicia que servirá como cohete para el despegue de esta nueva etapa será El Hobbit, dos pesos pesados de la cartelera en los que MGM confía para volver al negocio de producción de películas.
El retorno sería explosivo si tenemos en cuenta que según las previsiones de estrenos, la llegada a las carteleras de todo el mundo de la primera de las dos películas en que se ha dividido la adaptación de la novela de J.R.R. Tolkien llegará a los cines un mes antes de esta reentrada de 007, y ambas tienen todo a su favor para convertirse en potentes reclamos de cara a la taquilla.
Ahora lo que tendrá que hacer MGM con Bond es lo que ya hizo con El Hobbitt, esto es: buscar un socio que financie el proyecto, mientras el estudio retiene los derechos. En el caso de la novela de Tolkien ese socio es Warner Bros., y ahora se trata de saber quién será el compañero de viaje del estudio del león en la nueva película del agente con licencia para matar, que según los planes trazados volvería a asomarse a la cartelera con nuevo estreno cada dos años.
De modo que según lo previsto, la película número 23 de la serie Bond empezará a rodarse a finales de 2011, lo que podría poner en problemas la continuidad en el papel de 007 de Daniel Craig, que ha estado rellenando su agenda con distintos proyectos habida cuenta de los retrasos que se iban imponiendo en el arranque de este proyecto a consecuencia de las dificultades económicas del estudio. En todo caso, Craig está deseando volver a interpretar a Bond, así que seguramente sabrá acomodar su agenda a las necesidades del proyecto, en el que todo cabe suponer que también estará presente EON Productions que ha sido partícipe de la serie Bond hasta el momento, y de hecho fue la compañía encargada de anunciar la suspensión del proyecto a principios del presente año.
Mi opinión sobre todo esto es que sin duda habrá un nuevo Bond y MGM no va a tener muchos problemas para encontrar socio financiero, a la vista de las recaudaciones de las dos últimas entregas, y siempre que pueda garantizar la participación de Daniel Craig, que ha sido una de las claves para que la saga remontara el vuelo con éxito tras la etapa de Pierce Brosnan en el papel. Pero en todo caso se abre un paréntesis interesante, porque esto que planteo es lo más lógico, pero nuestra especie no se distingue por ser lógica. Así las cosas, podemos especular con otros paisajes menos probables, a saber: que el socio financiero imponga su propio protagonista haciendo gala de supina estupidez; que Craig realmente no pueda acomodar su agenda y acabe cediendo el testigo a otro, iniciándose un proceso de selección de protagonista que podría convertirse en el típico circo de rumores; que alguien quiera aplicar a Bond el sistema de “rejuvenecimiento Spiderman”, refundándolo como adolescente precoz… No sería raro incluso que algún ejecutivo con iniciativa barajara la idea de cambiarle el sexo al personaje…
Ya digo que nada de eso sería lógico y seguramente estaremos ante un tránsito tranquilo y de total continuidad hacia la entrega número 23, pero en Hollywood nunca se sabe… Y no me nieguen que estos paisajes alternativoespeculativos tienen su morbillo…
Miguel Juan Payán