Salidos de cuentas es el tรญtulo espaรฑol de Due Date, una comedia que explota con singular astucia la idea inicialmente humorรญstica de mezclar a dos personajes totalmente opuestos en un accidentado viaje por las carreteras estadounidenses, pero que sin duda es mรกs que simplemente una comedia e incluso en algunos momentos se adorna con cierto tinte dramรกtico sin por eso resultar moรฑas o llorona.
Su principal acierto son sus dos protagonistas. A Robert Downey Jr. le viene muy bien quitarse el uniforme de Iron Man y la caracterizaciรณn de Sherlock Holmes gamberro que le adjudicรณ Guy Ritchie para regresar al gรฉnero del humor, que podrรญamos decir es el que le vio nacer en esto del cine. Ese regreso se produce ademรกs con un personaje que estรก lejos de los gamberros que encarnรณ en aquellos primeros tรญtulos de su filmografรญa. Trabajando sobre un tipo de personaje sรณlo en apariencia mรกs contenido, el actor puede desempeรฑar su trabajo edificando el personaje sobre unas claves de falsa sobriedad y contenciรณn que son completamente distintas al desinhibido despliegue de gestos y recursos que exhibe como un florido y espectacular fuego de artificio en su personificaciรณn de Tony Stark y Sherlock Holmes, pero tambiรฉn en su anterior trabajo en el seno de la comedia en Tropic Thunder: una guerra muy perra. Nada que ver con todo ello tiene este maniรกtico del control sometido a los empujones del caos que le da su compaรฑero de viaje, y como digo el cambio de registro le sienta muy bien a Downey Jr., que vuelve a demostrar su talento y una versatilidad capaz de superar todo intento de encasillamiento.
En el otro rincรณn de esta especie de combate o choque de trenes encontramos a Zach Galifianakis, que muestra aquรญ un mรกs amplio despliegue de recursos dramรกticos del que le permitieron poner a prueba en Resacรณn en Las Vegas. Aprovecho para aclarar que yo he visto la pelรญcula en versiรณn original, no doblada, y sรณlo confรญo en que no hayan cargado las tintas en exceso en lo referido al amaneramiento del personaje de Galifianakis, que en el original no estรก nada forzado. De hecho, no aclara nada sobre su inclinaciรณn sexual real, porque el pobre hombre, sumido en su natural estulticia, simplemente recrea subido a lomos de su ignorancia las maneras que cree que debe mostrar un aspirante a actor o estrella de Hollywood. Hay en todo caso una reiterada broma del personaje de Robert Downey Jr. sobre el tema de los usos y costumbres de Hollywood. De hecho siempre llama al personaje de Galifianakis โHollywoodโ, una manera de reducirle a la mรญnima expresiรณn como persona que de algรบn modo tambiรฉn anticipa ese afecto creciente y un puntito protector hacia el pobre tipo que se va construyendo a lo largo de la pelรญcula y que es compartido por el pรบblico.
Y es en ese aspecto concreto, la construcciรณn del afecto entre dos personajes tan distintos, donde se producen en mi opiniรณn los dos grandes hallazgos de la pelรญcula. El primero es que, aun contando con algunos puntos en comรบn con Resacรณn en Las Vegas, no es en absoluto el mismo tipo de pelรญcula ni estรก animada por planteamientos similares en absoluto. En mi opiniรณn, es mejor que aquella como relato, y la fรกbula incluso me parece mรกs completa y susceptible de aportarnos mรกs como espectadores. Por supuesto tiene algunos momentos gamberros geniales, como cierto puรฑetazo de Robert Downey Jr y la paliza que recibe a manos de un inesperado oponente que realmente nos deja tan cortados como a los propios personajes e instalan con tan sรณlo un par de toques cierto tono gamberrete en los acontecimientos.
El segundo es que mientras que veรญa la pelรญcula, que por cierto goza de un excelente equilibrio en su ritmo, es tremendamente entretenida casi hasta llegar a lo adictivo โno dejan de ocurrir cosas y los personajes evolucionan continuamente-, y se hace corta, no pude evitar acordarme de las comedias italianas protagonizadas por grandes del gรฉnero en aquel paรญs como Marcello Mastroianni, Ugo Tognazzi, Vittorio de Sica o Vittorio Gassman. La humanidad y la miseria de estos dos personajes creo que va mรกs allรก de la que pudiera lucir otro gigantesco dรบo cรณmico del cine americano, el formado por Jack Lemmon y Walter Matthau en comedias dirigidas por Billy Wilder como En bandeja de plata. Sus miserias son mรกsย incisivas y cercanas, les hacen mucho mรกs humanos y prรณximos al espectador. Pero es que ademรกs algo tienen estos dos personajes en su viaje por el paisaje americano que me hizo pensar que estaba viendo una especie de versiรณn satรญrica y repleta de guiรฑos del clรกsico Dos en la carretera, de Stanley Donen, protagonizado por Audrey Hepburn y Albert Finney. Galifianakis es como una Audrey metamorfoseada en oso grizzli consumidor de porros y con sobrepeso, totalmente ajeno al mundo que le rodea y absolutamente desinteresado por todo lo que no sea su propia fantasรญa de estrellato. Y algo tiene Downey Jr. de versiรณn mรกs salvaje y al borde del abismo del sufrido marido interpretado por Finney en aquella otra comedia, que se manifiesta en Salidos de cuentas espontรกneamente como un toque de atenciรณn que nos recuerda las complejas formas de afecto entre las personas sin caer en la trampa de la clasificaciรณn y etiquetado de conductas sexuales, porque no todos los afectos se manifiestan automรกticamente por la vรญa del sexo o en torno al interรฉs sexual, ya sea este heterosexual u homosexual.
Escena
{flv}salidos_de_cuentas_we_made_it_clip{/flv}
Por ejemplo en el caso de esta pelรญcula estamos ante una clara relaciรณn de padre e hijo, o hermano mayor y hermano menor, y en esto conviene tener en cuenta el papel de los padres ausentes en el relato como clave para entender de quรฉ va realmente el asunto.
Lo que nos cuenta Salidos de cuentas y lo que en mi opiniรณn la convierte en mejor pelรญcula que Resacรณn en Las Vegas, es simplemente una historia de amistad aparentemente imposible entre dos tipos aparentemente opuestos, pero que como suele suceder, finalmente y enย lo bรกsico, no lo son tantoโฆ porque todos somos igualmente humanos.
Y todo eso sin moรฑadas, con mala leche y sin bajarse los pantalones en lo sentimental mรกs de lo estrictamente necesario.
Y ojito con Galifianakis. De Downey Jr. ya sabรญamos que es un fenรณmeno, pero al amigo Zach no hay que perderle de vista, porque tiene muchos mรกs registros de lo que le han permitido demostrar hasta el momento. Darรก muchas gratas sorpresas este hombre a poco que le dejen y si no se empeรฑan en encasillarle malamente.
Miguel Juan Payรกn
Compรกrtelo en tu perfil de facebook Compartir
ย