Crítica de la película Adios
Thriller de venganza o película criminal, pero con pulso y un magnífico reparto.
Unos dirán que es una película sobre una venganza y cómo se ejecuta o no. Sin duda no les falta razón. Otros nos comentarán que en realidad es una película sobre los muchos elementos criminales, familiares o no, que habitan en Sevilla, especialmente en Las 3000 Viviendas, donde se desarrolla la historia. Tampoco estarán equivocados por completo. Una película que juega en algunos aspectos, a ser el reverso de Grupo 7, película de corte más policíaco, también ambientada en Sevilla, con Mario Casas, y con el tema de las 3000 viviendas. Y aunque la película de Paco Cabezas también tiene un elemento policíaco importante, su discurrir tiene las raíces en otros géneros, como hemos mencionado antes.
Mario Casas da vida a un preso en tercer grado, que una noche se dirige a llevar a su mujer y su hija a casa antes de volver a dormir a prisión. Un accidente ligado al tráfico de estupefacientes acaba con la vida de la niña y el padre hará lo que sea necesario, incluso volver a contactar con su familia, para obtener su venganza y justicia. Porque en este caso, justicia y venganza son la misma cosa. La policía intentará ayudarles siempre que se quiten de su camino, aunque especialmente una agente, Ruth Díaz, será quien mejor comprenda lo que supone la pérdida para ese matrimonio humilde, con Natalia de Molina como la sufridora madre. El camino de todos esos personajes y de otros como los de Vicente Romero (sensacional como siempre) o Carlos Bardem, nos contará una historia que no es como pensamos.
El cine de venganza tiene un camino muy claro, y por eso Adiós no es por completo una película así, porque se salta ese camino para navegar por una historia de criminales y traiciones, de mentiras y lealtades y de, finalmente, lo que supone tener hijos. La película nos mueve por los bajos fondos de Sevilla con soltura, y se apoya en su brillante reparto. Sé que muchos atacarán el acento de los protagonistas, de algunos al menos, pero entiendo que es lo de menos, de verdad. Lo que importa es la mirada de ese padre o esa madre rotos de dolor buscando una explicación y un culpable. Y ahí, la película y su reparto, lo bordan.
Sí, hay varios giros de guión que nos dejan… sorprendidos, perplejos, pero alguno no termina de funcionar como debería, lo que tiene dos problemas. Puede sacarnos de la película porque todo encaja demasiado por azar, y puede hacer que el ritmo de cuando en cuando se resienta (el personaje central se supone que debe acudir a dormir a prisión como en Toro, y sólo le vemos rondando el barrio por la noche… o cierto tiroteo a la puerta de una chabola que es… difícil de ver). Paco Cabezas nos muestra uno de sus mejores trabajos, sin duda, y lo hace con elegancia y contundencia pese a esos detalles que mencionamos, y alguno más que no contamos por no destripar la película. El resultado es disfrutable, potente y muy cuidado. Una buena película, sin duda.
Jesús Usero
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