Actualizaciรณn a medio gas del musical escrito por Thomas Meehan, a partir de los dibujos de Harold Gray. Will Gluck (Rumores y mentiras) confecciona un espectรกculo algo vacรญo pero vistoso, con canciones conocidas y derroche de cromatismo.
La huรฉrfana mรกs famosa de Broadway regresa a la gran pantalla. Entre sus armas se halla una banda sonora capaz de tocar la fibra sensible con estribillos memorables, y en la que suenan cortes tan conocidos como Itโs the Hard-Knock Life y Tomorrow. Tralla rรญtmica que no consigue amortiguar los plรบmbeos efectos de un guion carente de la chispa necesaria.
Annie viene a ser para el show business made in USA como la heredera argumental y neoyorquina del huรฉrfano por antonomasia: Oliver Twist. Con ese espรญritu fueron percibidas las viรฑetas de Harold Gray; y en el mismo fuego identificativo se horneรณ el musical posterior. Sin embargo, pese a los hilos consanguรญneos, la inspiraciรณn en cuanto al libreto sinfรณnico no va tan pareja a la obra manuscrita por Charles Dickens, sino que sigue abiertamente el camino de Oliver: la cinta que firmรณ Carol Reed, en 1968.
Bajo esos mรกrgenes conceptuales, la niรฑa de los rizos desarrolla su historia en una ciudad un tanto dura (Nueva York, en sustituciรณn del Londres original). Un hรกbitat violento y desmoralizador donde la chica quiere localizar a sus padres, y en el que cae presa de las garras de una mujer un tanto explotadora.
John Huston fue el primero en adaptar las aventuras de Annie al formato cinematogrรกfico. Empresa que granjeรณ al veterano director un sinfรญn de parabienes por parte de la crรญtica y el pรบblico; gracias โsobre todo- al excelente trabajo de la desconocida Aileen Quinn, quien se metiรณ a los espectadores en el bolsillo a travรฉs de su frescura y su garganta privilegiada.
Precisamente, ahรญ estriba uno de los mayores problemas de esta revisiรณn del clรกsico contemporรกneo. Quvenzhanรฉ Wallis es una actriz mรกs que meritoria, y su tรฉcnica interpretativa empieza a llamar a las puertas de la madurez prematura. Pero sus tablas crean una sensaciรณn de inverosimilitud respecto a la evidente ingenuidad de Annie. La protagonista de Bestias del sur salvaje despliega su arsenal de gestos, para construir a la heroรญna de pelo cardado con mรกs retranca sabihonda que simpatรญa en el semblante; y lo que logra es alejarse de la sencillez de una crรญa de 11 aรฑos alimentada con sueรฑos.
QW canta razonablemente bien, baila con soltura y se mueve de manera decidida ante la cรกmara. No obstante, le falta esa actitud infantil de la que sรญ gozaba la ochentera Aileen Quinn. Todo esto merma credibilidad al relato, por mucho que los saltos y las acrobacias intenten desviar la atenciรณn.
En similar lรญnea se mueve el resto elenco. Jamie Foxx Rose Byrne, Bobby Cannavale y Cameron Diaz tienden a llenar los vacรญos de sus papeles con la exageraciรณn y la comicidad de gruesos tonos. Algo que evidencia el histrionismo colectivo que inunda el largometraje.
No obstante, y a pesar de sus fallos estructurales, este caramelo de colores cegadores que responde al tรญtulo de Annie disfraza sus carencias con coreografรญas bien trabajadas, arreglos melรณdicos de altura (a cargo de Charles Strouse) y una direcciรณn artรญstica sin muchos borrones.
Despuรฉs de presenciar la sesiรณn de invisible dramatismo que propone la pelรญcula, lo que no se le puede negar a Gluck es su habilidad para revivir trovas tan imperecederas como Tomorrow. Sea con el timbre de Wallis, o con la dicciรณn de su รกlter ego espaรฑola: la joven Marรญa Parrado (ganadora de la รบltima ediciรณn del programa de Mediaset La Voz Kids).
Jesรบs Martรญn
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