Simpática película de animación a la que se le va la mano con el humor escatológico. Es verdad que la historia y los personajes se prestan a un humor gamberro, distinto a lo habitual en este género, que puede sorprender a grandes y mayores y arrancar más de una carcajada entre todo tipo de público, pero cuando se excede el tema, puede resultar cansino, y no todo el mundo responde igual a ese tipo de humor. Pero con todo eso, la película supone un soplo de aire fresco en la cartelera infantil, porque ni siquiera los personajes protagonistas son los típicos protagonistas de una película de este género. Cambian muchas cosas, algunas para bien, haciendo un producto incompleto, pero divertido en líneas generales.
Berto y Jorge (los nombres de los personajes están localizados al castellano, herencia de la obra original en la que se basa la película) son dos grandes amigos desde el jardín de infancia (cumplen aquello que decía Ernesto Sevilla en su monólogo, no hay nada más bonito que la amistad entre idiotas…), que disfrutan haciendo el gamberro y creando cómics, donde su personaje estrella es el Capitán Calzoncillos. Cuando el director del colegio les pilla en su última broma y amenaza con separarlos de clase (el drama), por un azar del destino, hipnotizan al director convirtiéndole en el Capitán Calzoncillos, el héroe de sus tebeos… pero sin los poderes del mismo. El caos está garantizado sobre todo con la llegada de un villano muy peculiar.
Hay chistes de caos y gamberrismo muy buenos. Desde el carnaval del colegio a la primera aventura del peculiar héroe, con momentos como los del mimo o el ascensor que son para enmarcar. El público se ríe y la audiencia puede disfrutar de lo lindo con una parodia del cine de cómics y los superhéroes en sí, a través de sus personajes, y de un tipo que no es que lleve los calzoncillos por fuera del traje… es que sólo lleva calzoncillos. Hay momentos tan bizarros como la peculiar entrega del Nobel, que sin duda todos disfrutamos, no voy a excluirme, y la animación es sencilla pero muy eficaz, consiguiendo crear un universo propio y hacer a los personajes perfectos para él.
Pero además del problema de los chistes sobre pedos u otras escatologías, existe el problema mayor de que la aventura que nos cuentan tiene de protagonistas a dos niños algo cretinos, que superan en muchas ocasiones la frontera del bullyng creyéndose los más graciosos de la clase, como sucede con el director, el chivato del curso o el nuevo profesor. Directamente lo que hacen es insultar, acosar o despreciar lo que es distinto a ellos y les resulta aburrido. Y mientras que el mensaje de “desafía a la autoridad” es interesante, el de “ríete de todo lo que sea distinto a ti” es preocupante en una película infantil y ese sí que es el mayor debe de la cinta, que en gran parte de su metraje nos hace reír con desparpajo.
Jesús Usero
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